entrevista

Jesús Braceras: “Busco rodearme siempre de gente que admiro”

El director de Monzón se enfrentó a un nuevo desafío: contar, de una manera diferente, el detrás de escena del mundo del fútbol y las hinchadas.

Jesús Braceras estrenó, en Prime Video, Barrabrava, protagonizada por Gastón Pauls, Matías Mayer y gran elenco. El director de Estocolmo y Monzón rodó en Uruguay el proyecto que se estrenó simultáneamente en más de 240 países y territorios alrededor del mundo.

—Barrabrava fue una de las primeras series que se volvieron a filmar pospandemia, ¿verdad?

—Exactamente. De hecho, nosotros íbamos a grabar, estábamos por empezar la preproducción y arrancó la pandemia. Entonces, ahí estábamos cuan­do arrancamos, que sí, que no, por eso nos fuimos a Uruguay a grabar, porque las condiciones allá eran un poquito más benévolas. Y desde ahí para acá vino todo el proceso de posproducción, el rodaje, post, y sí, fue la de las primeras. Y en un mundo, un universo complicado para grabar en pandemia, porque mucha multitud, mucha gente, hay ficciones que eran más amigables para el mundo pandémico, este era muy difícil. Entonces, había que esperar un momento donde todos los extras que vos ves ahí, apretados, estaban todos testeados, fue un esfuerzo de producción enorme.

—Igual hablás de desafío, pero a vos te gusta un poco también arriesgarte, ¿no?

—Sí, me gusta el quilombo, sí.

—¿Cómo surge la idea de Barrabrava y por ahí trabajar con un género, pero después ir por otro lado?

—Básicamente, tal cual vos lo acabás de decir, Barrabrava es la puerta de entrada para contar historias personales. ¿Por qué? A ver, porque verdaderamente siempre me llamó la atención y es un fenómeno muy, muy argentino y único acá. De verdad hay cosas que es algo netamente nuestro. Y cuando hablo de barrabrava no hablo de un hincha efusivo o un hincha violento o un delincuente. Hablo de un cúmulo de cosas que se dan únicamente en este país, que tiene que ver sí con la efervescencia, sí con las canciones, sí con el nivel de complicidad que hay en un entramado donde está metida la política, la dirigencia del fútbol, los hinchas, con una organización, con fines de lucro y con, hay toda una movida armada que se da únicamente en este país. Porque vos tenés los hooligans, y los hooligans son hinchas violentos. Se maman, muy violentos, pero no hay un entramado y negociado detrás de eso, ni complicidades, ni movilización de gente, ni contactos con la política, ¿eh? Y en el único lugar donde se da esto era en la Argentina.

Y sentía que era una historia que teníamos que los otros, únicamente, no podíamos esperar a que venga alguien y no se había contado, después hubo dos o tres proyectos que salieron al respecto, este proyecto lo vengo trabajando de antes, que salgan esos proyectos, y sentí la necesidad de contarlo. Ahora bien, la serie no es una explicación sobre el fenómeno, la serie es una historia de ficción donde elegimos personajes que se desarrollan en ese contexto y viven y son barrabravas. Esta es una historia de personajes y estudiamos el fenómeno de la barrabrava a través de estos personajes contando su vida personal. Un poco como... No la estoy comparando ni mucho menos, pero cuando vos ves Los Soprano, sí, son mafiosos, pero ves la historia de estos personajes.

—Bueno, a mí cuando la veía no me vino Los Soprano, pero sí El padrino.

—Son fuentes, y después vas a ver. La serie se aleja, vuelve, va, toca, va, porque en definitiva después cada uno tiene sus conflictos, sus vidas personales, pero básicamente lo que va es a tratar de entender en estos personajes en particular por qué actúan como actúan y por qué en determinados momentos pueden ser o no violentos, por qué el fervor con que hacen ciertas cosas, qué hay detrás de eso, y estos personajes son un ejemplo de eso, debe haber mil ejemplos, pero nada, tratamos de entender eso.

—Me decías que solo nosotros podíamos contar esta historia, pero ¿hubo alguna noticia que te disparara la idea de hacer la serie?

—No, nada en particular, sí haberme criado en este país, sí que me guste el fútbol y vivirlo y mamarlo y estar ahí, ir a la cancha. Sentía que teníamos que contarla nosotros porque siento que nosotros podemos hacerlo de una manera única. Cuando alguien local lo muestra, lo cuenta, es más verdadero o entendés cómo funciona; cuando viene una mirada foránea, siento que hay cosas que quedan afuera. Te pasa en otros países, en otros relatos, qué sé yo, Ciudad de Dios hecha por un yanqui no siento que hubiese sido lo mismo, ¿entendés? La tuvo que hacer un brasileño para entender y mostrar ese mundo como nadie, y acá sentía que era un poquito lo mismo.

—¿Cómo armás equipos? Te rodeaste de gente muy talentosa, que también vienen muchos del cine o de las plataformas con experiencia en series...

—Yo básicamente trato de rodearme con gente que admiro y que me hacen mejor y que me suman, entonces, básicamente, a lo largo de mi carrera me voy encontrando con gente y trato de trabajar siempre con ellos, y con los que no, trato de encontrar la posibilidad o el proyecto para poder sumarme, para aprender de ellos y escucharlos. Porque uno como director, como showrunner o escritor, no necesariamente tenés todas las respuestas de todo, a veces uno lo que tiene son sensaciones de hacia dónde ir y muchas veces no sabés el cómo, y ese cómo empieza a aparecer en opciones que te ofrecen los que están alrededor tuyo y básicamente vos decís: “Esto es por acá”. A veces tenés exactamente la respuesta de lo que querés y básicamente bajás una directiva y a veces necesitás que te orienten a eso que vos sabés que es, pero que no lo encontrás, y bueno, y cuanto más talento tenés, más cerca de la perfección estás. Entonces, es eso. Busco rodearme de gente que admiro, siempre. Y siento que a medida que voy avanzando en mi carrera, voy conociendo más gente y voy quedándome con los que más admiro.

El deporte y el cine, dos pasiones

—¿Qué hay del mundo del deporte que te inspira para crear las series? Pasó con Monzón, ahora esto, y las escenas son increíbles...

—No sé, la verdad que no es que el deporte despierta en mí un interés en particular, siempre hice deportes, se dio que los personajes fueron llevándome hacia ahí. El fútbol y este universo es muy difícil de filmar, de hecho quería escaparle porque, la verdad, siempre queda mal, porque las veces que lo ves en pantalla a mí no me ha gustado. Lo ves en comerciales de marcas deportivas y el fútbol uno lo ve de dos maneras, o lo ves en la tele o en la tribuna, son muy poquitos los que ven desde dentro de la cancha qué son los jugadores, entonces es la única manera que lo ves. Y es muy difícil de filmarlo. Entonces, cada vez que lo filmás lo ves de una manera rara, decís: “Esto no es así”. Fue todo un desafío pensar cómo filmar el fútbol y desde qué punto de vista, dónde nos paramos; nosotros nos estamos parando en el punto de vista de la hinchada, de la barra. Entonces sabía que esa era una manera también de mostrarlo y de limitarse a decir: “Bueno, ¿lo vemos desde donde lo ven ellos o desde donde lo ve el público?”. Y a partir de ahí empecé a cranear cómo filmarlo. Y después, bueno, nada, sale lo que sale. Pero sí, fue un desafío contar el fútbol en particular.

—¿Cine para cuándo?

—¿Sabés que no sé? Pero quiero, ya, ya quiero filmar, ya, sí, ya quiero. Y, ¿viste?, las series te toman y estoy desarrollando otras series y es una cuenta pendiente de algo que tengo ahí que lo quiero hacer cuanto antes.

La elección de actores populares en roles diferentes

—Hay algo también interesante en los proyectos que generás que tiene que ver con el relato coral de recuperar figuras y ponerlas en otros lugares, como con Soledad Silveira en Monzón como la madre de Alicia, y en este caso me sorprendió mucho Mónica Gonzaga, verla en algo completamente diferente, o Pablo Alarcón. ¿Esto es algo que a vos te interesa, unir la televisión clásica y popular con el universo plataformas?

—Sí, primero, sí me encanta, siento que hay buenos actores en todos lados, en el teatro, en la tele, en la telenovela, en el cine, no me limito a ninguno. Sí me divierte obviamente sacarlos del lugar en el que uno se los imagina y redescubrirlos, o sea, ya te va a ir pasando a lo largo que sigas la serie que te van a sorprender más todavía, vas a ver a Mónica y no vas a poder creer lo que hace, y lo mismo te va a pasar con Miguel Ángel Rodríguez, cuando lo veas y empezás a meterte en este “Oveja”.

Yo siento que todos son grandes actores que siempre quizás les han ofrecido el mismo tipo de papeles, entonces simplemente es que les llegue la oportunidad para demostrar lo que son. Sí me divierte no buscar en la primera opción que se te viene a la cabeza y decir: “Bueno, ¿quién podría ser Gladys? Tal persona”. Bueno, si la primera que se te viene a la cabeza generalmente no es la que más me gusta, entonces trato de pensar en quién podría componer un personaje, y ahí es donde te ponés a mirar y decís: “Bueno, le saco el maquillaje, le saco esto”, tratás de encontrar la esencia o ver algo, verle una chispita y decir: “Bueno, ahí está, ahora hay que transformarlo para que aparezca eso”. Y me pasó con Solita, vos lo mencionabas, y lo mismo con Mónica, y uno la tiene tan vista, tan elegante, tan coqueta, hermosa, y de golpe, cuando escarbás, hay algo ahí. Yo, la verdad, estoy feliz con lo que hizo, compuso un personaje espectacular, ya lo vas a ver, te va a conmover.

—Y hay algo también interesante, porque sumás a gente con la que ya habías trabajado, como por ejemplo Liz Solari, que dijo que es la primera vez en 14 años en los que actúa en algo asociado al fútbol, viniendo de ese universo...

—Vos sabés que cuando la llamé, yo la llamé porque a mí me encanta cómo labura, me parece una actriz espectacular. Entonces, cuando apareció Celeste, ya te diría que enseguida fue una opción. Y después, cuando me puse a escarbar, dije: “Claro, ¿qué mejor que ella para contar esta historia desde adentro?”. Porque creció rodeada del fútbol, o sea, nació en el fútbol, vivió en el mundo entero. Amigas que son mujeres de futbolistas, bueno, sus hermanos, su padre, todo, y la verdad, más allá del laburo que hizo como actriz, para mí también fue una fuente de asesoramiento importante. Yo le preguntaba y decía: “Che, Liz...”, y me ayudaba a crear la serie.

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