entrevista

Joaquín Furriel: “Soy fanático de Buster Keaton”

En su vuelta al cine tras protagonizar las nuevas temporadas de El jardín de bronce y El reino, el popular intérprete se anima a la comedia física, un género que le queda muy bien.

Este jueves llega a los cines El duelo, de Augusto Tejada, protagonizada por Eugenia Suárez y Joaquín Furriel. En la propuesta, Furriel encarna a un hombre agobiado por la rutina que, tras enterarse de la infidelidad de su mujer, patea el tablero y deja su vida atrás; pero, en esa transformación, toma una decisión de la que luego se arrepentirá. Para saber más del rol y su vuelta a la comedia, hablamos con él.

—¿Por qué tan poca comedia?

—No sé, me ofrecen poca comedia. Yo tenía un profesor en el conservatorio que decía que el trabajo generaba trabajo. Bueno, también el género te va generando género. De alguna manera reconozco que tener un recorrido que tiene el thriller es algo que a mí me gusta mucho hacer. Y tengo buenas posibilidades para elegir thriller, pero comedia no se me dio tanto, siendo que me queda muy bien. Entiendo que siempre las obras de teatro que hago son más comedia, hasta Hamlet tenía momentos de humor. Inclusive, tiendo a encontrar una zona de humor de los personajes. Hay que descomprimir en la vida, ni hablar. Algo que tiene que ver con lo liviano, con lo lúdico, como lo que hice en Robo Mundial, o en Sos mi hombre, una dupla muy buena con Esteban Lamothe, muy efectivo en términos de comedia que por momentos se habla mucho con lo gestual. Yo soy fanático de Buster Keaton, me puedo pasar horas mirándolo, me gustaba de la película que invierte lo que estamos acostumbrados a ver, el hombre valiente que cuida y que salva a la mujer. Acá es lo contrario, es vulnerable, débil, tiene miedo, y ella es lo contrario y me gustaba jugar eso, ese rol, un hombre temeroso.

—Además, es algo universal, esto del Hombre Gris, que de alguna manera tiene una revelación…

—Él decide terminar con la vida que tiene, le sale mal y desde ahí suceden cosas desatinadas. Una aventura con tintes de comedia, algo Disney, una comedia para toda la familia. Disfruté mucho el personaje, me sentía con energía, salía de lo oscuro de otros roles.

—¿Cómo fue el encuentro con Eugenia?

—Ya la conocía. Es la ex de un amigo, Benjamín Vicuña. Nos hemos visto varias veces, siempre me había caído muy bien. La vi en Abzurdah, me había gustado mucho su trabajo ahí y me gustó trabajar con ella porque es fresca, dinámica, con buena onda, y eso fue esencial para generar esta dupla. Y nos divertimos mucho trabajando y el vínculo se formó con mucha química, estaba vivo para la película.

—¿Tenés alguna dupla histórica del cine?

—No sé si tengo una dupla, pero sí veo que hay, de manera extraña, químicas que funcionan y otras que no. Porque hay veces que tenés onda y no funciona, y otras que no y sí funciona.

—¿Y en teatro es más difícil?

—En teatro para mí es imposible.

—Si no hay, no hay...

—No, y además el teatro es una experiencia vivencial, y por más que tengas oficio, todo queda expuesto.

—Pero, bueno, ¿hay ganas de seguir haciendo teatro y comedia?

—A mí, sí. Siento que hay tiempo para todo, pero me gusta el humor y quiero seguir indagando ahí. Porque la paso bien, porque se me despierta mucho la creatividad también en el humor.

—¿Te despierta cosas en la actuación que por ahí con otro tipo de género no?

—Es otro tipo de creatividad la que te despiertan otros géneros. Tenés que ir a la parte del personaje que prácticamente son subtextos y lo que decís no es realmente lo que le pasa al personaje, mientras que la comedia no tiene subtexto en este caso, este personaje. Entonces tiene que estar ahí, todo lo que piensa es lo que pasa, y sus gestos. Hay algo más primitivo. Eso le aporta muchísimo a un personaje que es más creativo, es otro tipo de creatividad que tiene que ver más con lo que es. Es un humor blanco, es un personaje prístino, un personaje noble, personaje que es lo que ves, y me gustó haberlo hecho y ver que lo que había pensado. Que no sabía si era para mí o no, pero hay que ponerlo más.

—Ahí mencionabas antes a Benjamín. Imaginemos una película con varios actores haciendo comedia, ¿con quién te imaginás una película bien física?

—De mi generación hay varios, con Benja trabajé muy bien las veces que lo hice. Con Esteban, actores como Nicolás Cabré, Guillermo Francella, Ricardo Darín.

—Sería imposible reunirlos…

—Creo que podría también sumar a Peto Menahem, a quien conozco desde muy chico.

—El personaje se cansa de la rutina y manda todo al demonio y a vos, en tu vida personal, no te ha tocado este contexto, ¿qué te pasa cuando te llegan roles así?

—Hay veces que me pongo a pensar en cosas que hice y estoy feliz con el recorrido, estoy muy agradecido porque me tocaron buenos proyectos y tengo siempre una sensación de aprendizaje.

—Y volviendo a trabajar con gente querida, como ahora con Sebastián Schindel. Hay algo de eso de volver a elegirse…

—Sí, haber hecho una tercera película con Sebastián, con Javier Daulte, es algo que deseo, es un poco ideal. Eso habla un poco de algo que me pasa a mí, de lo que está sucediendo y de poder a trabajar con gente con la que te entendés. Está sucediendo y estoy muy agradecido.

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