Olivier Marboeuf fue parte de CineMigrante
La curaduría que realizó para la muestra reunió a una generación que rechaza el dominio tóxico del mundo.
El realizador Olivier Marboeuf participó de la 14° edición del Festival CineMigrante, y hablamos con él para que nos brinde detalles de su trabajo.
—¿Qué significó para vos ser parte de la muestra de CineMigrante?
—Muchas de las películas que había producido anteriormente se mostraron durante las ediciones anteriores de Cinemigrante. Así pues, había un interés común, una filiación. Esta relación se enriqueció con la invitación que recibí este año de la directora Flor Mazzadi a ser una de las curadoras del festival. Esto me permitió volver a la genealogía de mi propio trabajo como productor, que concibo como una larga conversación con artistas y cineastas. También fue una oportunidad para tratar de compartir mi visión del cine que atraviesa no solo mi trabajo como productor, sino también como escritor, poeta y teórico de la imagen.
—¿Por qué creés que es tan difícil generar desde el presente y con los problemas de preservación una genealogía del cine que no llega a las salas?
—Hay que imaginar otras formas de mostrar y ver películas. Lo que me interesa en primer lugar es la cuestión del encuentro, de compartir un espacio y un tiempo con otras personas e imaginar colectivamente un futuro y lugares habitables. Esto implica un enfoque activo de la relación en el cine. No se trata de consumirlo, sino de inventarlo sin cesar, de seguir con la palabra, el cuerpo, el canto, el camino que nos indican las imágenes. Para mí, la película no es más que el medio para abrir un camino hacia otras prácticas vivas.