José Celestino Campusano: “El cine independiente tiene que ser retributivo con la sociedad”

El prolífico realizador bucea en espacios en donde el cine argentino no se anima a ingresar, con un estilo único y distintivo

La reina desnuda, la nueva película del director José Celestino Campusano, llega esta semana a los cines. Indaga en la vida de una mujer que se abre paso en un mundo prejuicioso y sin deconstruirse. Con Campusano hablamos para saber más de la propuesta.

—La pandemia no te paró, seguiste muy activo...

—No, yo soy un ávido explorador de lo que podríamos definir de un nuevo lenguaje, nuevas tecnologías. Creo que hay todo un mundo por descubrir que me fascina, me fascina todo lo que es entornos hiperrealistas, hologramas, lo que es 360, 360 interactivo, soy un fan de eso, no de los videojuegos, te digo, no lo disfruto.

—¿Nunca?

—No, prefiero articular el relato secuenciado, dramático, pero no estar ahí con una competencia, no soy competitivo, cualquiera lo quiera, no voy a competir con nadie, menos con una pantalla.

—Ahora, construir sí, ¿no?

—En ese sentido sí, si nosotros tenemos una organización, no te diría ONG, las ONG tienen sus prerrogativas, esta organización no, trabajamos desde Brooklyn hasta Tierra del Fuego y lo que hacemos es abrir todos estos conocimientos, las herramientas a las comunidades, creo que es el cine independiente que nosotros podemos proponer, que tiene que ver con retribuir a la sociedad, lo bueno que la sociedad nos propicia y nos brinda.

La gente que nos dedicamos a esto somos gente muy privilegiada y tenemos que ser condescendientes, creo yo, y constructivos con quien lo necesita, por eso filmamos con mucho entusiasmo fuera de Buenos Aires, en Santa Fe, de hecho, filmamos en Gálvez, La reina desnuda y después, en muy poco tiempo después, filmamos El clan Vega en San Jorge, y ya son hoy localidades que están generando su propia masa crítica del cine, sus propios contenidos.

—Santa Fe no tiene ley todavía, ¿no?

—Tienen apoyos, que obviamente son dispersos y bajos en montos, pero a no haber nada, digamos impulsan, y generan también una cuestión escalable ahí

—¿Cómo surge el proyecto de La reina desnuda?

—Surge porque José Martín Suárez, justamente, me recomienda muy especialmente a Adrian Culasso, que era la persona que facultó también el Festival Itinerante de Mar del Plata, lo encuentro en una plaza, y le hago una propuesta, ¿qué interesante sería filmar una película acá?

Entonces, te das cuenta quién la escucha y quién la deja pasar, y quién la escucha te dice, ¡hagámosla! Me pasó con Vikingo, me pasó con muchísima gente. Y bueno, a partir de ahí, hay contactos, hay un conocimiento del terreno, hay una experiencia de campo que yo no tengo.

Lo que hicimos a través de Adrián, lo empezamos a contactar, te digo, tiene que ver, esencialmente, con lo que es la vida sexual y amorosa, y con la decadencia, si se quiere, en algún punto, de una mujer que es una neta hija de la soja, no era problema económico de ella, es otro, qué hacer con la vida.

—Un poco pasaba también en Placer y martirio, la protagonista tenía también esa situación, después se topaba con otra realidad, ¿no?

—Totalmente, pero acá está más asociado en el consumo de lo que podríamos llamar temas ilegales, orgías, y una cuestión de sexo compulsivo, de consumo de sexo compulsivo.

Todo eso no es gratuito, hay que pagar un costo cada vez más alto, y bueno, a veces tiene que ver también la vejez. Uno va envejeciendo y ya no sos tan solicitada a esos terrenos. De todo esto habla la película, y basada en hechos verídicos aportados generosamente por varias personas.

—¿Hay algo que tiene tu cine, que no vamos a hablar ni de actuación ni de edad, pero que tiene que ver sí con la inclusión, siempre?

—Totalmente.

—¿Cuándo supiste que era clave eso también?

—Yo creo que el cine, verdaderamente el cine independiente, tiene que ser retributivo con la sociedad que lo propicia. Si no, ¿estamos realmente con el esfuerzo colectivo? Con la creatividad de un equipo que en días generales muchas veces trabaja ad honorem trabaja, por un sueldo muy limitado.

Estamos alimentando el ego de alguien, nosotros en nuestra red estamos distribuidos en 16 sedes y sabemos bastante de lo que es el tractivismo. El tractivismo es alguien que llega, hace como que, obviamente, el sistema no le va a propiciar que haga su primera película o su segunda. El cine publicitario, el cine mainstream, tampoco.

Entonces cae con nosotros, bueno, filma su película y nosotros no le pedimos nada que no sea lógico. Le pedimos que apoye a los jóvenes, que apoya a colegas y que, así como la persona ha sido ayudada, que devuelva a la sociedad. Porque se genera una mano de obra calificada y que esa mano de obra calificada esté en las comunidades que están alejadas de los entornos capitalinos. Por eso, para nosotros, el cine independiente de verdad es el que devuelva a la sociedad, y propicia que otras personas dirijan, que surjan otros nombres, si no, estamos haciendo un acaparamiento de recursos en un lugar ombliguista.

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