Juanchi Baleirón: “Hicimos siempre lo que se nos cantó con la música”

Los Pericos cumplen 30 años y la pasión sigue intacta. Su líder habló de las pérdidas sufridas en estas tres décadas y del entusiasmo de varios de los integrantes por el vino

Juanchi Baleirón es uno de los artistas más completos del rock nacional, no solo por su faceta musical, en la que se destaca en Los Pericos como cantante, guitarrista y compositor. También es productor e incursionó como comunicador en radio y televisión. Incluso, el arte vitivinícola lo tiene entre sus filas como creador de su propio malbec: Malbecaster. 

En los treinta años de historia de la banda tuvo que afrontar dos grandes golpes: la partida de “El Bahiano”, que lo puso a él al frente de las voces y, por otro lado, en el año 2013, la pérdida de uno de sus miembros fundadores, Horacio Avendaño, el saxofonista, por una enfermedad.

Hoy, el público puede disfrutar de una muestra hasta este domingo en la Usina del Arte, en Capital Federal que recorre toda la historia del grupo en estas tres décadas. Baleirón habló con  diario Hoy  sobre música, comunicación, vino y estos treinta años al frente del grupo.

—¿Cómo analizás los cambios que afrontaron durante estas tres décadas?, ¿alguna vez fue una posibilidad separarse?

—En realidad, los cambios sufridos, si lo ves en 30 años, es normal que pasen en una banda y se fueron dando naturalmente. Hay que estar abierto a los cambios, es lo más normal del mundo, no miro para atrás, ni con recelo ni con nostalgia. Todo ha cambiado y nos hemos adaptado. Nada nos sorprende, lo importante es hacer música que te guste y ser coherente con tu historia. Nunca evaluamos la separación. Esas situaciones nos han unido. La partida del Bahiano fue muy dura, pero siempre estuvo claro que la banda seguía. Y la muerte de Horacio nos golpeó muy fuerte, es algo que no se revierte y pega por la cuestión afectiva, porque esto es una familia. No es amistad, no es trabajo, es todo eso y mucho más, es como una empresa familiar. La dinámica marca que empujamos para adelante con lo que somos y desde nuestro lugar de pertenencia.

—¿Qué relación creaste con el vino?

—Entré al mundo del vino hace unos años. Yo soy apasionado, y te podría decir que Los Pericos somos bastante vineros. Varios de los integrantes hicimos un curso con un amigo sommelier. A partir de allí me compré libros, empecé a viajar, comprar vinos, contacté gente, distribuidores, enólogos. Entre ellos, Marcelo Pelleriti (uno de los más prestigiosos enólogos del país), me invitó a hacer un vino, me dio una barrica para que la llenara con lo que quisiera y con unas muestras que él me había dado. A partir de allí empezaron a salir vinos. Así salió el Malbecaster, y a fin de año sale El gran Baleirón, un vino de alta gama.

—¿Y tu faceta de comunicador como surgió?

—Me gusta la comunicación, los medios, pero solo en relación con las cosas que son mi pasión: la música, el vino. Lo de la televisión, para mí es llevar la misma charla que tengo con mis colegas en un festival, a la pantalla. En la radio trato de llevar a la gente que admiro, la gente que me despierta atención y ganas con lo que hacen.

—¿Cómo definís estos treinta años desde que editaron  El ritual de la banana?

—Hicimos siempre lo que se nos cantó con la música, no pensamos en si algo iba a funcionar o no. Cuando quisimos hacer algo pensando en que funcione, caímos en reiteraciones que no funcionaron en ningún aspecto, ni artístico ni comercial. Siempre buscamos la inspiración y lo que nos prendía fuego hacer en el momento. Nunca quisimos hacer reggae puro, salvo en el primer disco en el que nos quisimos acercar, como un homenaje. A veces más rock, menos rock, más latino, menos latino. Vimos nacer el reggaeton como un desprendimiento e hijo directo del dance hall que fue lo que nos inspiró a hacer discos como Big Yuyo y Pampa’s reggae. Hemos vivido toda la evolución de la música jamaiquina, a través de gente que viajaba y traía discos o un libro, hasta hoy en día que tenés toda la información disponible. Con el paso del tiempo, creo, lo importante es hacer buena música y que trascienda.

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