Julián Cerati, el sobrino de Gustavo que llegó a Disney

Es oriundo de City Bell y hace un mes comenzó a participar de la nueva ficción juvenil, O11ce, donde interpreta a un futbolista llamado Felipe

Nació hace veinte años, y por una cuestión de fechas, no llegó a ver la tira futbolística que marcó a toda una generación de chicos en la década del noventa: Cebollitas. Hoy, las vueltas de la vida lo llevaron a formar parte del elenco de una ficción deportiva que bien podría tener ciertas reminiscencias con la historia emitida dos décadas atrás. 

Julián Cerati siempre quiso ser actor, o por lo menos se dio cuenta de muy chico que quería dedicarse a esa profesión. Con la meta fija en la cabeza, se cansó de inventar excusas para salir antes de la escuela, o faltar si era necesario, para presentarse a cualquier tipo de casting  en Capital Federal. Por más que el perfil solicitado no tuviera nada que ver y no diera con el physique du rôle, Julián se presentaba igual.

Así, llegó a su primer comercial remunerado, para el que se fue hasta Chile y participó en algo más parecido a un corto que a un aviso publicitario, según comentó Cerati. En esa ocasión fue dirigido nada más y nada menos que por Dustin Lance Black, ganador del Óscar, gracias a su guión en Milk (2008). “Nos tenemos en las redes sociales, ojalá volvamos a trabajar juntos”, dijo el joven.

—¿Cómo te acercaste a la actuación?

—Una vez hice un taller opcional de teatro en Tercer Milenio, la primaria a la que asistía en City Bell. Cuando tenía 13 o 14 años comencé a hacerlo más en serio y tomé clases. Años más tarde, incursioné en la publicidad. Esa era mi forma autodidacta de buscar la actuación.

—¿En qué  castings te presentabas?

—Cuando era chico, salía del colegio e iba a Capital Federal, así que siempre inventaba excusas para poder escaparme. Iba a las pruebas y estaba diez minutos, los que conocen el ámbito saben de que hablo: siempre es fotito de perfil y nada más. Así que después de eso me pegaba la vuelta a La Plata. Si bien estaba 15 minutos, sabía que ese era el camino que tenía que seguir, siempre quise luchar por lo que me gustaba. De esta manera pasó de ser  solo un hobby  a mi vida. 

—¿Cómo llegaste a trabajar en Disney?

—Formar parte de esto es alucinante en todo sentido, todavía creo que no caigo. Sucedió que durante mis trabajos en publicidad fui generando diferentes contactos. Como soy de La Plata no tenía amigos ni conocidos, entonces me ponía a hablar con todo el mundo. Había castings  que nadie quería hacer, pero mis amigos me pasaban el dato y yo me presentaba en todos. Un día me avisaron de una prueba donde necesitaban actores y jugadores de fútbol, y como es un deporte que practico desde muy chico, se me juntaron las dos vetas.

—¿Ensayan mucho tiempo?

—De lunes a viernes, solo días hábiles. También tenemos ensayos que son como talleres para pulir el personaje y entrenamientos de fútbol.

—Pasan bastante tiempo juntos, ¿cómo te llevás con tus compañeros?

—En lo personal, siempre tengo cuidado porque somos muchos varones y solo seis mujeres. Tenemos mucho código y está todo bien. 

Algunos roces hubo entre amigos y compañeros pero no voy a decir nada (risas). Nos llevamos muy bien, es un grupo divino y eso es difícil en el mundo artístico. La mayoría recién arrancamos en televisión y eso genera mucha euforia.

—¿Qué importancia le das a las redes sociales? 

—Desde que estoy en Disney comencé a tenerlo más en cuenta. Cuando era chico producía bastante en Facebook y le daba bolilla. En cambio, ahora lo que más uso es el Instagram, no soy tan compulsivo, pero cada vez que posteo es como una inversión porque le presto atención a cada una de las publicaciones. Además, Disney le da mucha importancia, tiene toda una política de mantener a los fanáticos y a las personas que nos siguen. De esta manera, me meto cada vez más. Igual está bueno, porque refleja lo que es el trabajo. 

—Ahora vivís en Capital pero, ¿qué recuerdo tenés de la ciudad?

—En realidad soy de City Bell, el pueblito que está ahí al lado. Estoy enamoradísimo de ese lugar y he tenido muchísimos amigos que aún conservo. Hay una gran diversidad de talento y juventud en La Plata. 

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