Kate Jackson, la actriz vigente que todo lo puede

Reconocida por su rol en Los ángeles de Charlie, hoy se dedica a trabajar en el detrás de escena y produce filmes independientes.

Formada como bailarina y actriz, Kate Jackson logró su protagonismo gracias a la tira popular Los ángeles de Charlie, donde compartía cartel junto a dos famosas modelos e intérpretes de su época, tales como Jaclyn Smith y Farrah Fawcett.

Supo enfrentar muchos desafíos a lo largo de su carrera profesional y eso la fortaleció como persona; muchos años después revelaría que, en la serie Los ángeles de Charlie, la citaron para que filmara una escena con una bikini puesta, pero al ne­garse le ofrecieron que se fuera.

Además, no le gustaba cómo era cosificada cuando en esos tiempos no se hablaba de las cuestiones de género ni existía la militancia que se da en el feminismo como en la actualidad, donde todos los aspectos se dan a conocer.

Farrah Fawcett le robó el protagonismo en Los ángeles de Charlie, y Meryl Streep, su gran papel. Sus quejas por negarse a actuar en bikini acabaron provocando el despido de la serie a la que dio forma.

Para la novela que la catapultó a la fama, la productora había editado un eslogan con un recorte radiofónico con la voz en off de Charlie que rezaba: “Había una vez tres muchachitas que fueron a la academia de policía. Les asignaron misiones muy peligrosas. Pero yo las aparté de todo aquello y ahora trabajan para mí. Yo me llamo Charlie”. Y se veían las imágenes de las chicas dando cuenta de su belleza, pero también de los desempeños en la profesión que habían elegido y no era otra que la de ser detectives privadas en búsqueda de justicia y aventuras.

Todas las generaciones imitaban sus modos, sus looks y las ­estéticas imperantes en sus cabellos o maquillajes.

En los inicios de su carrera, Kate dejó su residencia en Alabama para instalarse en Nueva York y poder cumplir cada uno de sus sueños, todos alrededor de triunfar en el mundo del espectáculo.

Si bien no era lo que esperaba, ella consiguió trabajar como una recepcionista en una cadena televisiva donde recibía a los contingentes de personas para mostrarles las instalaciones del canal. Así, paso a paso, fue adentrándose en la industria sin saber que en un futuro iba a estar del otro lado del estudio, más precisamente frente a las cámaras.

Gracias a Aaron Spelling, el ­productor ejecutivo, pudo estar en la serie Sombras tenebrosas con un personaje que no hablaba, y luego entró por la puerta grande gracias a sus roles en los distintos ­culebrones.

En ese momento, más precisamente los años 70, la vida en la pantalla chica era dominada por personajes masculinos que estaban en comedias o dramas, entonces entregas como Los ángeles de Charlie ­traían un cupo femenino que daría un aire nuevo a los programas. Hasta ese entonces, los antecesores eran Yo amo a Lucy o Embrujada, que daban cuenta de féminas con poderes y carismas muy encantadores, pero no muy jugados.

El rol de ella sería el de Sabrina, una mujer muy inteligente y cauta, mientras que sería acompañada por dos mujeres más. La primera sería Farrah Fawcett, cuyo personaje era Jill Monroe, una policía y modelo, y por otro, se sumaba Jaclyn Smith, una modelo que daba sus primeros pasos. Las chicas tenían mucha buena onda, se hicieron amigas y ganaban 5.000 dólares por cada capítulo en el que trabajaban.

Un éxito rotundo

La emisión de la entrega fue un éxito rotundo desde su primer piloto. La audiencia lo eligió y siguieron para adelante con cinco temporadas que debieron sostener una serie de cambios en el elenco.

Las chicas eran bellas y talentosas, entonces se convirtieron en modelos a seguir por las generaciones más jóvenes que consumían los posters, las muñecas y el merchandising que todos querían tener en sus casas. Sin embargo, en el elenco había dos modelos, que eran Farrah y Jaclyn, mientras que Kate venía de formarse como actriz de pura cepa.

El éxito no era por pura suerte, trabajaban 14 horas todos los días de la semana, además no tenían una hora para comer y querían exigirles aún más. Sincera y honesta, Kate no aceptó y luchó por sus derechos.

Debido a las cargas laborales, Farrah se fue de la novela porque tenía un matrimonio y una criatura de pocos meses a la cual criar. Su reemplazo fue Cheryl Ladd, quien llegó para romper todos los cánones.

Allí Kate solo mantenía relaciones profesionales con sus pares, pero no le gustaba cómo se llevaban a cabo los guiones, no tenían mucho peso y su disconformidad estaba apareciendo. De esta manera, se fue de la entrega para seguir con el curso de su existencia.

Su trabajo siguió dando frutos, y apareció en series como Su otro amor, Twin Peaks, La ley y el orden, entre otros. También en El espantapájaros, donde ofició como productora y volvió a encontrar el éxito.

La vida la marcó con una grave enfermedad que pudo combatir a tiempo gracias a hacerse los estudios correspondientes, y logró salir adelante.

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