“La gente está todo el tiempo buscando humor”
Así lo expresó el humorista Claudio Rico. Junto con su colega “Pato” Muzzio son dos de los imitadores más prestigiosos del momento. Juntos visitaron la redacción de diario Hoy, antes de llegar esta noche a la ciudad con la obra 2 son multitud
Son dos de los humoristas más queridos por el público. Claudio Rico se destaca desde hace años en el programa radial de Luis Majul, y Pato Muzzio hace lo propio con Luis Novaresio. Ambos compartían los pasillos y el aire en los pases de programa. Con el tiempo, los dos imitadores más importantes del momento soñaron con responder a todo el afecto que la gente les hace llegar a su lugar de trabajo, a través de decenas de mensajes diarios. Hoy, junto al director Daniel Dátola, van a poder acercarse al público platense cuando, a partir de las 22, en 42 entre 6 y 7, se ponga en marcha 2 son multitud, la obra en la que sacan a relucir decenas de personajes con solo un artificio: sus propias voces.
En una charla con este medio, Rico y Muzzio reflexionaron sobre el humor, la política y las cosas que los hacen reír.
—¿Cuál es la diferencia entre la radio, la TV y el teatro para hacer imitaciones?
Claudio Rico:—En la televisión nos caracterizamos y lo que hacemos en el teatro es radio arriba de las tablas, ya que las voces se trabajan sin vestuario. Estamos los dos vestidos iguales, los personajes interactúan arriba del escenario a través de la voz y hacemos más de 60 imitaciones en escena. Fue un desafio para ambos, porque ante las cámaras estamos acostumbrados a tener esa seguridad que te da la máscara, y en la radio es solo la voz. Acá se ven hasta nuestros gestos. Eso gana en escena, y se nota.
Pato Muzzio:—La diferencia es que como nosotros tenemos distintos horarios en la radio solamente compartimos unos minutos en los pasillos, o en el pase entre Novaresio y Majul. Acá estamos arriba los dos: nos vemos, nos reímos e interactuamos. Lo bueno de la obra es su dinamismo. Los comentarios que recibimos de colegas y de gente cercana son todos positivos con respecto a la agilidad que presenta.
—Ya que hay muy poca oferta humorística en la televisión, ¿el teatro es una buena opción?
CR:—Lo que pasa con la tele es una cuestión de presupuesto. Si pensás que para hacer un programa tenés que invertir en guionistas, vestuario, actores, entre otras cosas, aparece la opción de los enlatados, que son más baratos y dan resultado de rating. En nuestro caso, lo que permite el teatro es una forma de llegar a los oyentes. Como son dos programas muy escuchados, el 80% del público que nos viene a ver nos sigue en la radio y nos dice: Quiero ver lo que escucho todos los días. La gente está ávida de risa. Por eso, en dos programas de coyuntura nosotros dos nos destacamos, porque los oyentes necesitan digerir las noticias de manera más liviana.
PM:—Hay productores que no quieren invertir en humor, pero la gente está todo el tiempo buscando humor. Si ponen algo viejo de Francella, la gente lo ve. Se consume humor. Para nosotros es muy bueno trasladar la magia de la radio al escenario.
—¿Hay un límite para el humor?
CR:—En la obra en particular, como está dirigida y escrita por Daniel Dátola, decimos lo que él nos escribe y a veces improvisamos, no tanto con el guion sino con lo que pasa en escena. En lo que respecta a la radio, hay algunos límites. Como escuché en una publicidad: La sonrisa dura un instante y el daño puede ser eterno. De todas formas, para mí hay que hacer humor con todo. Pero no es lo mismo que Elisa Carrió diga lo que dijo de Maldonado, a que lo diga yo en otro contexto. Dentro del personaje está bien. Pero si yo, como Claudio Rico, digo algo así, está mal.
PM:—A veces no hace falta meterse en temas donde la balanza sobre cómo lo va a tomar la gente está más en el no que en el sí.
CR:—A quince días de haber fallecido Néstor Kirchner, lo imité telefónicamente “desde el cielo”, hablando con Jorge Rial. Pero nos dimos ese permiso porque ya lo estaban usando políticamente. No habían pasado 48 horas y lo utilizaban de esa manera. Entonces, si lo usaban los políticos...
—¿Tuvieron presiones del poder en algún momento por cierta imitación?
CR:—Siempre fui libre, aunque sí tuve inconvenientes, como cuando hice a Luis D’Elía en Showmatch y me pincharon las gomas del auto, o cuando imité a Cristina en Mar del Plata y vinieron a “patotearme” al teatro. Pero generalmente no, han venido políticos a hacer notas, les hice imitaciones y los cargué. Una vez lo imité a Daniel Scioli, y lo “gastaba” porque hacía inauguraciones todo el tiempo: A las 5 voy a estar en Mar del Plata, y a las 5 y 5 en Morón, y Daniel me decía: La verdad, te felicito, porque así la gente se entera de que hacemos cosas.
—¿Hay competencia en este ámbito?
PM:—Mientras haya laburo para todos y la gente se pueda reír, bienvenido sea. Si a él le va bien, a mí me va bien.
CR:—Yo compito conmigo mismo. Sí creo que nosotros dos somos imitadores, y hay otros que son caracterizadores. En la tele es una máscara y escuchás la voz del actor. Imitador es el que hace radio. Entre nosotros no hay competencia. Con “Pato” contamos con la ventaja de no tener ego. Nos estamos haciendo amigos, nos casamos en marzo (risas). Tenemos la posibilidad, mientras no nos la creamos, de potenciarnos.
—¿Qué les hace reír a ustedes?
PM:—Las cosas espontáneas y Francella, que mira a la cámara y ya me causa gracia.
CR:—La improvisación es lo que más me hace reír a mí también. Cuando no estoy bien y necesito cargarme miro muchos videos de Olmedo, para mí es el número uno. Me escapaba de una materia de segundo año cuando estudiaba Medicina para ver su programa, todos los viernes a las 21.
—¿Por qué hay que ver 2 son multitud?
CR:—La gente necesita reírse, no le vendemos nada raro, va a escuchar la voz de Aníbal
Fernández, de Néstor, de Maradona. Hay humor desde que te sentás hasta que te vas.
PM:—Tampoco tenemos mujeres desnudas, se puede ir en familia y la van a pasar bien. Hacemos imitaciones de jugadores, artistas y hasta de dibujos animados para los más chicos.