entrevista

Leonor Benedetto: “Los seres humanos vivimos de ceremonias y de ritos”

Una de las grandes actrices del país se prepara para hacer temporada durante el verano con uno de los éxitos más rotundos del teatro.

No es necesario hacer muchas presentaciones en el caso del talento y la trayectoria de Leonor Benedetto. Inmortalizada como la eterna Rosa, de aquel éxito sin precedentes de la televisión argentina, Rosa, de lejos, la intérprete supo forjarse un camino a fuerza de pasión y talento.

Hace algunos días fue parte de la presentación que Carlos Rottemberg hizo de todos los elencos con los que estará trabajando en la temporada 2023. Diario Hoy dijo presente en el evento y pudo dialogar con la actriz en exclusiva.

Uno de los éxitos de la calle Corrientes es Perdida mente, que tras recibir a más de 50.000 espectadores en el Multiteatro Comafi y un año ininterrumpido de funciones se prepara para continuar durante el verano 2023 en Mar del Plata. Perdida mente, comedia de Mariela Asensio y José María Muscari, protagonizada por Leonor Benedetto, Karina K, Julieta Ortega, Ana María Picchio y Patricia Sosa, cuenta cómo una jueza de la Nación (Benedetto) siente que su cabeza no funciona muy bien últimamente, por lo que decide juntar a las mujeres más importantes de su vida para solicitarles su ayuda. Así se reúnen su hija, con la que se sacan chispas; su hermana, con la que no se ponen de acuerdo; su abogada y amiga, con la que suelen discutir; y su mucama de toda vida, su verdadero apoyo.

—¿Qué balance hacés de todo este año de trabajo?

—Más feliz imposible, porque no importa que yo esté cansada, la obra es de un resultado extraordinario, y no hablo del número, hablo de lo que le pasa a la gente con la obra, que le toca el alma y entonces, celebrás la cantidad de público. Pero es una obra, que para este momento, nuevo, raro, donde probablemente el grueso del público esté esperando otra cosa, que ni siquiera sabe qué está esperando.

—Lo interesante es que desde el humor ustedes reflexionan…

—Totalmente, es un tema que muy poca gente se atreve, en teatro, en cine es más fácil que la gente se atreva, y en donde además, en el caso de lo que hago en la obra, están todos corridos los roles, porque la que manda llega un momento que no manda más y eso es interesante, esa apuesta. El guión está basado en un libro de Facundo Manes que habla de cinco maneras del uso del cerebro, el inteligente, el emocional, el del trabajo, el corrupto, es realmente muy interesante, porque no lo deja al público zafar, lo agarra, le dice: Fijate qué te pasa con eso.

—La obra es un fenómeno, y tiene un elenco de mujeres. A vos ya te tocó ser parte de proyectos de estas características acompañada y encabezando, es algo que los espectadores quieren ver…

—Sí, pero esas afirmaciones me dan temor, porque nunca es certero eso, muchísimas veces se da, y otras no va nadie, siempre ese componente de misterio está. Nunca se sabe, pero eso está bien, en general, es el arte, una persona viva, no es un cuadro, ni siquiera una película que está terminada.

—¿Qué te da el teatro que no te dan otros soportes?

—Lo vivo del teatro es que no se compara con absolutamente nada, eso, algo que se parece bastante a una ceremonia religiosa, te diría, ir a misa no es lo mismo que rezar en tu casa y creo que los seres humanos, aunque no nos demos cuenta, vivimos de ceremonias y de ritos, en el amor, en buscar qué es aquello que te puede dar algo o vos le podes dar a otro, esta obra lo que tiene de singular es que tiene todo eso y además es una comedia desopilante. En general se es más solemne.

—¿Hay improvisación en la obra?

—Bastante poco te digo, porque en eso José María Muscari es bastante rígido, y eso me encanta, tener a alguien que está mirando y que te dice: ¿Sabés qué? Eso, mañana, no. No es un hago lo que quiero o lo que me parece.

—Un lugar en el mundo es una de las películas más amadas de nuestro cine, ¿qué recuerdos tenés de ella?

—Creo que es una de las mejores películas que se han hecho, con respecto a mí es una de las mejores que hice, y me saco el sombrero ante Adolfo Aristarain y sobre todo en la época en que se hizo es emocionante, tiene tanto de verdad, que incluso en este momento, donde se está viendo Argentina, 1985, podría tener cosas de aquella película y me da un enorme placer, haberla hecho, es una película que ganó la Concha de Oro en San Sebastián. Yo agradeceré toda la vida, porque siento que es un personaje que no cualquiera me daría a mí, esa monja, y se lo agradeceré a Aristarain toda la vida.

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