entrevista

Manuel Abramovich presenta su nueva película: Pornomelancolía

Tras pasar por varios festivales, llega finalmente a salas de todo el país con una impronta diferente sobre las masculinidades, el deseo y los cuerpos.

La nueva película de Manuel Abramovich, Pornomelancolía, llega a los cines con un personaje muy particular como eje, Lalo Santos, una figura que ha hecho de su cuerpo un negocio. Vive de manera humilde en un México inmenso en donde la nostalgia y la melancolía son parte de la psiquis de sus habitantes. Diario Hoy habló con Abramovich para conocer detalles de su propuesta.

—¿Cómo conociste a Lalo?

—Investigando en las redes sociales llegué a Lalo Santos: se definía como “exhibicionista”, y tenía más de 100.000 seguidores. Lalo es una persona muy sensible, extremadamente brillante y creativa, y me parecía fascinante cómo jugaba con ese personaje de macho mexicano que él había creado a partir de sí mismo en las redes sociales. Me parece genial cómo es consciente de los personajes que crea en las redes sociales, como si supiera exactamente lo que funciona para su audiencia virtual de miles de seguidores. En mi primer viaje a México, nos encontramos en un café y le propuse hacer una película juntos. No se trataría de un documental sobre él. Sería una película que combinaría ciertos elementos de su historia y de su vida, con otros elementos de ficción y de puesta en escena.

—Antes de presentar la película, Lalo realiza una denuncia por redes, y decide no acompañar el estreno mundial. ¿En qué sentido te impactó esto? ¿Creés que la película lo hizo repensar su propia realidad? ¿Cuánto tiempo estuviste rodando y cómo fue acompañar a Lalo en su día a día?

—Trabajar con personas es siempre un proceso delicado. Creo en el cine como un proceso de transformación. Soy consciente y testigo de la entrega y el riesgo que implica un proceso como Pornomelancolía. Abrirse frente a una cámara y un equipo es muy delicado y complejo. Son procesos que sólo pueden darse a través de la confianza, el cuidado y la comunicación. Imaginar que la película está a punto de mostrarse al mundo puede generar muchos miedos, contradicciones y expectativas. Pornomelancolía es una película construida con él, a partir de una mirada que siempre estuvo guiada por el amor y el cuidado. Hoy, su percepción de la película es diferente. Y por supuesto que es válida. Las redes siempre fueron su espacio de expresión de ideas y sentimientos. En lo personal, me siento triste de que haya decidido no acompañar las proyecciones y participar de un debate real, de un diálogo con el público, incluso sobre lo que él está sintiendo después del estreno. Sin embargo, hicimos la película juntos en un proceso de casi cuatro años que solo fue posible gracias a la complicidad y la confianza que tuvo conmigo y con todo el equipo. Estoy intentando acompañarlo en su proceso personal y preguntándome qué cosas podrían hacerse de otra forma en una próxima experiencia.

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