Maracaibo, una historia sobre vínculos entre padres e hijos

Así lo plantean sus protagonistas, Jorge Marrale, Mercedes Morán y Nicolás Francella. El filme, con dirección de Miguel Ángel Rocca, se estrena mañana

El tercer largometraje en la carrera del cineasta Miguel Ángel Rocca se plantea, inicialmente, como una historia en la que unos ladrones ingresan a la casa de una familia de médicos (Mercedes Morán y Jorge Marrale) y asesinan al hijo de la pareja (Matías Mayer). A partir de allí, se desata una búsqueda para entender por qué les tocó a ellos, al tiempo que la sed de venganza crece en el personaje interpretado por Marrale.

Sin embargo, en diálogo con este medio, cada uno de los actores que forman parte del filme de Rocca hizo hincapié en una idea puntual. Para ellos, la trama indaga, o por lo menos empuja a preguntarse, en la relación entre un padre y su hijo, desde cuánto se conocen hasta la forma en que se relacionan entre sí y cómo se afectan mutuamente.

—¿Cómo los contactó el director?

Jorge Marrale:—Recibí la propuesta en el mejor momento posible. Cuando llegan estas historias, uno siempre piensa ¿qué será lo que quieren? Un día, recibí un mail con el guión para que lo leyera y me pareció fascinante sumergirme en una historia así. Si bien no era la versión final del libreto, percibí cosas que me interesaba muchísimo transitar. Una vez que lo tuve en papel, hablé con Miguel Ángel Rocca, el director, y me enteré de quiénes estaban en el elenco. Ahí dije: bueno, ¿cuándo empezamos?

Mercedes Morán:—No me acuerdo qué estaba haciendo, me está fallando mi memoria inmediata. Lo que sí tengo muy claro es lo que me pasó con el guión. Me gustaron mucho los riesgos que tomaba el relato. Esta película era el claro ejemplo de cuando dicen la gente no  solo va al cine para entretenerse.

Nicolás Francella:—Miguel Ángel me alcanzó el guión cuando estaba formando el elenco. En ese entonces, me avisó que Mercedes y Jorge se sumarían al proyecto, lo que fue el empuje y la seguridad para elegir esta propuesta. Estoy muy contento de haber podido formar parte de esta película. 

—¿Qué es lo que más les gusta de la historia?

JM:—Me llamó la atención cómo el personaje de Gustavo, el médico que interpreto, necesita continuamente del dolor, de la incógnita de algo que no pudo cerrar y que no va a poder hacerlo, porque tendrá que encontrar, de alguna manera, la solución en cosas exteriores. Por otro lado, es una historia que me hizo pensar los vínculos de los padres con los hijos.

MM:—Me encantó la temática, algo clásico como la fantasía de la pérdida de un hijo. Me conmovió muchísimo y me pareció que era una buena oportunidad para asomarme en estas aguas. Como siempre me sucede con respecto a la actuación, la utilizo casi como una terapia para poder indagar en esos temas

—¿Cómo fue el proceso de construcción de los personajes?

JM:—Una vez que leí el guión y supe de qué se trataba, me di cuenta de que debía encontrarme en un cierto estado emocional y me sometí a la filmación. La historia en sí misma era lo suficientemente poderosa como para elaborar mi interpretación. 

MM:—La película habla de la paternidad y es por eso que el gran protagonista es el padre. Mi rol es la mujer de esta familia, que está constituida por un matrimonio y su único hijo. Ella es la típica madre que, como tantas otras, intenta acortar la distancia entre el padre y el hijo. Las madres que vean la película van a saber perfectamente de qué hablo.

NF:—Mi personaje es Ricky, un chico marginal, de pocos recursos. No quise caer en ningún estereotipo básico ni estigmatizar la actuación al momento de prepararme para el filme. Por eso, la idea central fue no caracterizarlo tanto, porque caés en un lugar común, como cuando interpretás a un borracho. Es un límite muy fino. Quisimos mostrar a este chico desde un lado sensible, demostrando que no es el principal culpable de la tragedia que ocurre en la película.

“Jorge Marrale trabaja mucho las emociones y sensibilidades”

A la hora de armar su equipo de trabajo ideal, Miguel Ángel Rocca no dudó en convocar a Jorge Marrale pensando en los caminos que la trama de la película obligaba a recorrer. Nunca encaró el libreto de su película basándose en los actores que iba a contactar, pero, para su fortuna, cada uno de los intérpretes que quiso se sumó de inmediato al rodaje, facilitándole las cosas.

El caso emblemático es el de Marrale, en quien Rocca pensó gracias a que es alguien que “puede trabajar mucho las emociones y sensibilidades que transitan esta historia”. En este sentido, el director de Maracaibo contó que antes de contactarlo había visto su participación en Las manos y le impresionó muchísimo su “excelente trabajo”.

Una vez que logró que el intérprete aceptara el papel, comenzó la búsqueda de una coprotagonista, y según afirma el cineasta, “la primera actriz que se me vino a la mente fue Mercedes Morán, que por suerte leyó el guión y quiso hacerlo”. A esa altura, ya tenía gran parte del trabajo realizado, y luego llegó el turno de contactar a Nicolás Francella y Matías Mayer, para completar al grupo de actores del que también forma parte Luis Machín.

El origen de la historia

“¿Cuándo termina una venganza?”, pregunta el avance de la película que protagonizan Marrale y Morán. Antes de llevar a cabo el rodaje de Maracaibo, Miguel Ángel trabajó en diferentes roles detrás de cámara, hasta que en 2004 se lanzó a dirigir su primer largometraje, Arizona Sur, donde entre varios actores, se encuentran Nazareno Casero, Alejandro Awada y Marina Glezer. 

Luego, en 2010 llegó el momento de La mala verdad, de la que también escribió el guión, para una obra en la que estuvieron Malena Solda, Carlos Belloso y Norman Briski.

Fue en 2012 cuando comenzó a diseñar lo que sería el primer boceto del largometraje que se estrenará mañana, Maracaibo. “Cada proyecto cinematográfico es largo, uno comienza a concebir la historia sabiendo que en algún momento se convertirá en una película. En particular, los tomo como procesos de años”, sostiene Rocca sobre su nueva producción.

Noticias Relacionadas