“Me llamo Lizy por la peluquera de mi abuela”

La humorista comenzó su carrera peinando a las famosas. Este sábado llegará a la ciudad con Liberate, la obra con la que brilló en la temporada teatral. En diálogo con este medio, habló sobre su salto a la fama en Bailando por un sueño, sus comienzos en el ambiente, y destacó una graciosa anécdota junto al inolvidable Roberto Galán

Lizy Tagliani es una de las artistas más solicitadas del momento. La humorista, que comenzó sus pasos en el mundo del espectáculo siendo peluquera de famosas como Nicole Neumann y Viviana Canosa, y en Si lo sabe cante, junto a Roberto Galán, se lanzó a la fama cuando participó de Bailando por un sueño, el programa que le abrió las puertas para desarrollar esa personalidad rimbombante que se escondía entre cepillos y tijeras.

Actualmente maneja By Lizy, su peluquería, y volvió a hacer radio junto con Santiago del Moro, luego de terminar un exitoso ciclo con Coco Silly. Además, este sábado a las 21.30 llegará a la ciudad con Liberate, el éxito teatral con el que brilló durante la temporada en Mar del Plata y que ahora desembarcará en el Coliseo Podestá platense. En un diálogo íntimo con diario Hoy, Lizy habló sobre su presente artístico y acerca de los diversos trabajos que realizó en su creciente carrera.

—¿Cómo fue tu infancia?

—Fue como la de cualquiera. La verdad es que fui muy feliz. Mi mamá trabajaba de mucama para poder pagarme el colegio, los sacrificios que hace la mayoría de la gente. Todos tratan de remar, luchan día a día para poder progresar, para tener su casita y llevar los chicos a la escuela. Es lo que hacen casi todas las personas, no es que en mi familia fueran superhéroes. Mi mamá lo era para mí, pero si me pongo a comparar con todas las madres que se levantan a las 5 de la mañana a laburar, no dejan de ser mujeres que quieren ayudar a sus hijos para que les vaya bien en la vida.

—¿De qué modo tomaste la decisión de llamarte Lizy?

—Con mi abuela jugábamos a la peluquería. Su estilista atendía en Loma Verde, que es un barrio de Adrogué. Íbamos, ella se hacía la permanente tipo Virginia Luque, la cantante de tango, y abajo se rapaba, tal como se usa ahora. Eso era mientras mi mamá trabajaba y yo me quedaba con la abuela. Íbamos a la peluquería y ahí estaba Lizy, que mientras yo no tocara nada, me dejaba jugar con todo. Me llamo Lizy por ella, aunque antes de eso quería llamarme Carla Marina Marconi (risas).

—¿Cómo fueron tus primeros pasos en el medio? ¿Alguna vez fuiste a un casting?

—Nunca fui a uno. Solo cuando ya estaba haciendo un show. Un día me presenté a uno convocado por Carmen Barbieri, pero no quedé. Hice un monólogo donde decía cosas horribles, palabras discriminadoras, todo lo peor. Era bien el tipo de humor de antes, de marica de boliche, discriminadoras siempre entre nosotras, más que nada lo que tiene que ver con el under. Después, una vez para Guapas pedían una chica trans y me llamaron de Pol-ka, pero tampoco quedé.

—Formás parte de la productora Dabope, estuviste en el Bailando y aumentó el nivel de exposición. ¿Cuáles fueron los pros y los contras de esta situación?

—Solo conozco los pros. La verdad es que la participación en el Bailando y la exposición me llevaron a un lugar, me dieron popularidad, y sería muy egoísta decir que algo de todo eso me jugó en contra o que no fue a favor. Tengo 46 años, imaginate lo que era ser travesti en mi barrio durante mi juventud, era peor que estar en el Bailando. Por eso sería muy injusto decir que algo no fue a favor. Todo lo que me dio la popularidad fue para bien.

—Tenés una frescura y una espontaneidad natural, ¿alguna vez te jugó en contra?

—Sí, porque decir cualquier disparate no siempre es bien recibido y te puede meter en algún embrollo. Con los años aprendí a manejar un poco eso.

—¿Estás haciendo radio?

—Debuté nuevamente con Santiago del Moro en Club del Moro. En marzo terminé de trabajar con el Coco Silly en otra emisora. El horario de la tarde no me conviene porque me gusta hacer radio a la mañana.

—Con tanto trabajo, ¿en qué momento estás en la peluquería?

—Cuando a las 6 de la tarde salía de grabar Quiero vivir a tu lado, que terminó en mayo, agarraba la autopista, pasaba por la peluquería, me quedaba una o dos horitas y después seguía viaje para mi casa.

—¿Es cierto que te disfrazaste de tucán en Si lo sabe cante? ¿Cómo fue trabajar junto a Roberto Galán?

—Era peluquera de las secretarias. Entre ellas, estaba Raquel Bermúdez, la esposa de Leo Rosenwasser. Un día, el chico que hacía de tucán estaba descompuesto, a puro vómito, entonces me encajaron el disfraz y me puse a bailar. Con respecto al programa, la pasé muy bien y aprendí un montón. Por suerte, me pasó esto con todos los trabajos y siempre con gente muy, muy buena. Roberto era un sabio, un hombre de otra generación, de otra época, para bien. Si, por ejemplo, decías una mala palabra delante de una mujer o un hombre decía malas palabras, se tenía que levantar de la mesa e irse. Era una especie de rey y me llamaban mucho la atención todos sus conocimientos.

—¿En qué circunstancias nació Liberate?

—Es un resumen de todas las cosas que vengo contando en los espectáculos que armé desde el 2014. Tiene las mejores anécdotas de los unipersonales que fui haciendo. Después de estar en Mar del Plata, hicimos una gira y surgió.

—¿Cuál es tu situación sentimental?

—Estoy bien y muy feliz. En WhatsApp puse “estoy enamorada” y me refería a la vida. Después de todo lo que pasé con mi exnovio, estoy feliz así.

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