ENTREVISTA EXCLUSIVA

Mercedes Funes: “Cris Morena enseña a los chicos a trabajar en el medio”

La actriz de 37 años visitó la redacción de diario Hoy y habló sobre sus inicios en la actuación y su trabajo 

Nacida en Rosario el primer día de 1979, a los 10 años de edad se fue a vivir con su familia a Buenos Aires, cuando los convenció de que la llevaran a un casting para televisión. Luego de haber pasado por éxitos como Cebollitas, Gasoleros y Casi ángeles, encontró su lugar en el teatro y actualmente está en la obra Le prenóm, desde 2013. Además, el año pasado se puso en la piel de la mítica Tita Merello, en una película dirigida por Teresa Costantini. En una distendida charla con diario Hoy, Mercedes Funes realizó un repaso por su carrera.

—¿Cómo fueron tus inicios en la actuación?

—Desde muy chica. En realidad tenía 11 años, todo empezó como un juego. Igual, no considero que sea actriz desde tan chica, porque un niño no sabe muy bien lo que quiere y lo que elige. Sucedió que una cosa fue llevando a la otra y nunca más dejé de actuar. No es que hubo un día en que tomé una decisión demasiado trascendental, solo fue algo que se dio.

—¿Cuál es tu mirada sobre el trabajo que realizaste en las producciones de Cris Morena?

—Fue una experiencia bárbara y por algo ella es Cris Morena. Es una mujer muy inteligente, disciplinada, profesional, trabajadora y con ideas claras. Trabajar con ella es como estar en un semillero, porque a los chicos les enseña a trabajar en el medio y va mucho más allá de lo que se ve del otro lado. Los espectadores ven el resultado final, pero detrás de eso hay disciplina, una inversión de tiempo, estudio, dedicación, esfuerzo y perseverancia. Eso es todo gracias a las enseñanzas de Cris, y a mí me encanta trabajar en esos ámbitos en donde sabés que las cosas son de determinada manera.  

—Hiciste cine, teatro y televisión, ¿cuál de estos lenguajes es tu preferido?

—Está bueno que lo digan así, porque son lenguajes diferentes, no son lo mismo. Si bien se actúa en los tres, se llevan a cabo de diferente modo. Mi preferido es el teatro porque, sin desmerecerlo, es el más fácil, ya que en algún punto depende solo de nosotros. De esta manera, para llegar a un buen resultado tenés un director, un guión y todo un equipo que te ayuda con el personaje, pero cuando ya saliste a escena y estrenaste, el que termina manejando las reglas es el actor mismo. Para mí, es una situación de muchísimo disfrute. En el séptimo arte y el teatro hay cuestiones técnicas diferentes. En el cine, lo que cuenta es una imagen, lo importante es la luz, el arte, el sonido y uno es un elemento más en todo eso. El intérprete tiene que estar atento, porque es parte de una especie de fotografía enorme y se te pierde el oficio del actor. Hay que ser más astuto, más hábil. 

Le prenóm: la comedia imperecedera que lleva en cartel cinco años ininterrumpidos 

El viernes 22 de marzo de 2013 marcó el debut de Arturo Puig como director con la adaptación de la obra francesa Le prenóm en el país. El artista de las tablas  le confió hace un tiempo a este medio: “La dirección fue para mí recopilar lo que otros directores habían hecho conmigo. Intento mantener el perfil que tengo y, sobre todo, trato de trabajar lo mejor posible. Siempre hice el mismo proceso, leer mucho la obra, ensayar en cantidad y estar con cada uno de los actores”.

Este sábado a las 21.30 y el domingo una hora antes en el Coliseo Podestá de nuestra ciudad, se presentará esta obra en la que compartirán escenario Esteban Pérez, Dalia Elnecavé, Esteban Prol, David Masajnik junto con Mercedes Funes, quien en su visita a diario Hoy, habló sobre su actuación en la pieza.

—¿Cómo fue el momento en que te presentaron el guión de Le prenóm?

—Fue hace un montón de años, en 2012, y de la mano de Arturo Puig. Era la primera vez que él realizaba una puesta en escena y, por otra parte, la primera producción teatral de Gustavo Yankelevich, a quien ya todo el mundo conoce. Él fue uno de los grandes popes de la televisión, un referente del medio en la Argentina y el hacedor de Bandana. Ni hablar de cuando estaba asociado a Cris Morena e hicieron el éxito de Casi ángeles. Sin embargo, en cuanto a las obras de teatro, era su primera vez, por lo que puso mucho amor y recaudo. Significó un honor grandísimo que pensaran en mí y luego me convocaran. En aquél entonces, actuaba en otra obra de teatro y Arturo vino a verme. Al día siguiente me llamó y fue una decisión difícil de tomar, porque estaba muy contenta con el proyecto en que trabajaba. Así fue que en un principio le dije que no, porque no quería renunciar a nada. Todos me decían que Le prenóm era un proyecto al que no podía negarme, porque iba a ser un éxito impresionante y, de hecho, así lo fue. Son esas cosas lindas que te regala la profesión.Ya cumplimos cinco años en cartel y esta es nuestra primera vez en una gira nacional, que también fue  esperada con muchísimas ganas y nos la venían pidiendo todas las personas que vieron las funciones en diferentes lugares.

—¿Qué fue lo que más te gustó de esta historia?

—Todo. Es que es una obra entretenida, increíble, donde suceden muchas cosas. A veces pasa que hay obras de teatro o historias en general en las que quizás el conflicto no es relevante ni hay mucha acción, entonces hay que llenar el espacio para entretener al espectador. En cambio, Le prenóm es perfecta como un reloj. Es una obra que, después de cinco años y con actores que fueron cambiando, sigue funcionando. Tiene una estructura especial. Lo más divertido es que la gente espera que se hable de una cosa y, de golpe, como si fuera una mamushka, aparece otra. La obra tiene mucho humor y sorpresas. 

—¿Cuál es la trama de Le prenóm?

—Se trata de una cena entre amigos, que son casi una familia, porque se conocen de toda la vida. Durante el ágape, se gesta una discusión por el nombre del bebé de los anfitriones, que está por nacer. Esta cuestión abre el juego a otras querellas y reclamos, por lo cual salen muchos secretos a la luz. La velada termina siendo un descalabro absoluto.

—¿Cuál es tu personaje? ¿A qué herramientas apelaste para construirlo?

—Ocurre algo muy divertido porque, durante mis otros cuatros años en la obra, representé a un personaje, pero en la actualidad interpreto a otro. Selva Alemán, la codirectora de la obra, me propuso encarnar a Elizabeth, la anfitriona de la cena, la encargada de recibir a todos. Los invitados le arruinan la noche sistemáticamente a mi personaje, pero finalmente hay una vuelta de tuerca sorprendente. De cualquier manera, todos los roles son atractivos. En un momento dado, el padre del bebé sugiere que quiere ponerle Adolf al niño, lo cual desata una batalla discursiva, derivando en peleas personales. 

—¿Cómo te llevás con el resto del elenco?

—Nos divertimos mucho. Todos los elencos que hubo se llevaron bien. De hecho, la manera de ver si tenés buena química consiste en comenzar a armar grupos de WhatsApp para escribir pavadas todos los días. Eso se suma a que nos divertimos bastante en los escenarios. Ahora estamos terminando con los ensayos y la primera fecha de la gira nacional será en el Coliseo Podestá de la ciudad de La Plata.

—¿Por qué le recomendarías al público que vaya a ver la obra?

—Porque se va a entretener de principio a fin, es una obra inteligente y los espectadores se sienten muy identificados. Lo que la pieza representa es una de esas típicas noches en que querés que todo salga perfecto y contrariamente termina todo mal, que con el tiempo recordás y te terminás riendo del absurdo. Los acontecimientos que rodean a los personajes son absolutamente humanos y comprensibles. Además, la obra es exquisita, recorrió todas las temporadas, obtuvo premios. Es una de las mejores comedias de la cartelera nacional y no porque lo digo yo, sino que lo evidencian el tiempo y la cantidad de espectadores que han concurrido a verla. Es imperdible. 

Noticias Relacionadas