entrevista

Sebastián Silva: “El cine es un trabajo tan colaborativo”

Tras presentarse en varios festivales, la nueva película del realizador de La nana llega al streaming con una propuesta diferente y explosiva.

Ya está disponible en MUBI Rotting in the Sun, la nueva película de Sebastián Silva (La nana), comedia que satiriza el mundo del cine y la obsesión con uno mismo y es protagonizada por Jordan Firstman, Catalina Saavedra e incluso por Silva. Con él dialogó diario Hoy para saber más detalles de su propuesta.

―¿Cuándo supiste que querías dedicarte al cine, dirigir, contar historias?

―No es que siempre tuve la idea de ser director, sino la de hacer animación, por fanático de Disney y Matt Groening. Yo tenía como una fascinación por los cartoons, la verdad, por los dibujos animados y la pintura y la ilustración, pero era como mucho más de la parte visual y de dibujo y pintura. Me gustaba el storytelling, pero nunca pensé que iba a terminar haciendo películas, entonces cuando salí de la high school la verdad es que era muy mal estudiante y me daba mucha fiaca estudiar cualquier otra cosa. Y fue un amigo de mi madre, un señor, que me dijo: “¿Por qué no estudiás Cine? Es una carrera que está divertida, tienes historia, narrativa, tienes visuales, tienes audio”, y la verdad es que sí, la carrera lo contenía todo, y bueno, por supuesto que sí me gustaban las películas, pero no era de ninguna manera un cinéfilo, ni nada. Y me acuerdo que me metí a una escuela de cine muy pequeña en Chile e hice muy buenos amigos, pero sí, me salí a los seis meses, y después de que todavía me iba a dedicar a la pintura o algo así. Pero sí me puse a escribir, me puse a escribir guiones y escribí dos guiones antes del guion de mi primera película, que se llama La vida me mata, que fue un guion del que un novio que tuve, un novio que tuve como a los 25, me dijo: “¿por qué no le mostráis este guion a una productora?”. Y la verdad es que yo no tenía planeado transformar mis guiones en películas, lo estaba haciendo casi como por un ejercicio de aprender a contar historias, y yo no me acuerdo muy bien por qué, pero sí lo llevé a una productora, y fue la primera productora a la que lo llevé la que me ofreció hacer una película, que es la productora de Pablo Larraín, Fábula, y la verdad que así fue como empezó todo. Llevé un guion que pensé que nunca iba a dirigir y la primera persona que lo leyó me ofreció producirlo, entonces imagínate la suerte. Y de ahí para adelante me transformé como en un filmmaker bastante compulsivo, y de hecho tengo nueve largometrajes hasta la fecha.

―Hubo suerte, pero también tenía que ver con el talento que tenías y las historias para contar. ¿Cómo fue el primer día en un set? ¿Te acordás?

―Sí, me acuerdo perfecto. Fue en el set de La vida me mata, partimos en un cementerio, esa fue la primera escena de toda mi vida. Fue filmada en el Cementerio General de Chile, y me acuerdo que mi director de fotografía hizo quebrar un plato porque era como una tradición chilena, y bueno, después se transformó en el director de Pablo Larraín, director de foto y un cabrón, pero sí, fue en un cementerio, y me acuerdo de haberme sentido la verdad como muy apto, no sé si para ser un buen director o mal director, pero para estar a cargo de un set; fue un rol que sí me me resultó bien. Y que me resultó fácil y no me asustaba, y sí, me divertía mucho.

―En la escuela de cine tal vez hay mucho de teoría, pero a la hora de enfrentarse con ese mundo ahí es cuando emerge el director, ¿no?

―Sí, yo no esperaba la cantidad de ayuda increíble que recibí. Es un trabajo tan colaborativo. Entonces es como que uno no está nada solo en el set, o sea, tienes un grupo gigante ayudándote con todas las cosas que necesitas, entonces también es como un sueño, la verdad, porque sí, obvio, el director tiene que tomar muchas decisiones y finalmente es como el responsable de lo que resulte, pero es un trabajo colectivo cien por ciento, en el que el director sí está tomando decisiones, pero la mayoría de las tareas las está haciendo otra gente. Entonces sí es difícil o puede ser intimidante enfrentarse a tomar decisiones, tantas por minuto, pero la verdad es que en términos de trabajo es definitivamente un trabajo grupal, y eso es un gran alivio. Porque la verdad es que la gente en sí lo tiene, son muy profesionales y el grupo con el que yo estaba era muy bueno, y entonces sí, te das cuenta de que estás con un grupo haciendo algo y que hay que tener un leve talento, una especie de sentido común para que el grupo se mantenga amigable durante el tiempo del rodaje y que las cosas se mantengan humanas; es lo más importante.

De Chile hacia el mundo

―¿Cómo fue el salto de dirigir en Chile a empezar a dirigir en otros idiomas y en otros lugares?

―Fue también bastante sutil, o por lo menos así fue la primera cosa que hice en Estados Unidos, con una productora. Fue una serie muy pequeña, muy alternativa, que produjo Mike White, que hizo White Bodies. Bueno, Mike White vio un piloto muy pequeño que yo hice que se llamaba The Boring Life of Jacqueline, La aburrida vida de Jacqueline, e hice yo un piloto con una amiga, lo filmé con una cámara de video, así como familiar. Me costó quinientos dólares hacerlo. Y lo hicimos con una amiga en un departamento de Nueva York, como riéndonos, nomás. Se trataba de la vida de una chica que se llamaba Jacqueline, que quería ser actriz en Nueva York, eso era muy sencillo y su vida era una nada: se levantaba tarde, se metía en Internet, se masturbaba, comía cereal, o sea, no hacía nada, entonces filmamos algo muy muy barato y Mike White vio esto porque había visto La nana, y me ofreció hacer una serie con HBO. Y fue una serie de la que HBO produjo cuatro series iguales, o sea, del mismo tamaño, y eran series de comedias para HBO Go, que en ese entonces ni siquiera existía. Era como la primera plataforma de streaming que apareció, que después cambió, pero esto fue en 2010, algo así. Hace mucho tiempo. Y entonces HBO nos pagó muy muy poca plata, creo que mil dólares por guion, y para toda la serie nos dio cincuenta mil dólares en total para producirla. Y eran diez capítulos de doce minutos cada uno en Manhattan. Ahí filmamos en el SoHo, y fue una producción muy rápida, muy gorila, muy como estudiantil, la verdad. Entonces, mi primera experiencia en Estados Unidos fue mucho menos producida que mi primera película en Chile. O sea, como te digo, eran como diez capítulos de doce minutos, más de cientoveinte minutos de contenido por cincuenta mil dólares todo. Entonces, era como yo con amigos con una cámara, en un departamento que arrendamos con una amiga, que ni siquiera era “tan actriz”, y con unos guiones muy sueltos, entonces resultó muy buena, la verdad. Fue mi primera colaboración con Michael Cera y con Gabby Hoffman, ellos estaban en esa serie también, y esa fue, y fue superfamiliar y fue superdivertida. Y la verdad es que después yo me mantuve haciendo películas bastante similares en tamaño a las películas que yo hice en Estados Unidos, en términos de presupuesto y de producción; siempre me he mantenido bastante indie.

Trabajar con amigos y estrenar al mismo tiempo en todo el mundo

―Antes mencionabas a Michael Cera, yo te hablé de La nana, Catalina Saavedra vuelve a trabajar contigo acá. ¿Te interesa trabajar con actores con los que ya has trabajado en otros proyectos, como en este caso?

―Sí, mira, creo que es como algo de mi personalidad también, como de sentirme más cómodo con las cosas, con lo que es familiar, cierto, y si algo ya funcionó probablemente va a funcionar de nuevo y mejor. Entonces, también con Michael tengo muy buena relación, somos bastante amigos, cercanos, y lo mismo con Catalina, soy muy amigo, entonces cuando uno encuentra actores talentosos que aparte son amigos de uno y de tu familia y de tus amigos es como ya obvio quedarse ahí, porque imagínate salir a buscar a una actriz famosa X a la que quizá no le interesa, o quizá le interesa crear un proyecto muy chico para ella. Es como la peor sensación para mí, es como trabajar con alguien que siente que te está haciendo un favor.

―¿Cómo te sentís con que finalmente MUBI va estrenar la película?

―Me encanta que MUBI sea como este panal de películas independientes, como bien curada, la verdad. Sí me gusta mucho la edición que tiene similar a Criterion Collection, pero siento que es como una colección de películas que es mucho más generosa con las películas nuevas, ¿no es cierto? Así que estoy como muy orgulloso y la verdad muy feliz de que va a estar ahí a un clic para todo el mundo. Está increíble.

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