Entrevista

Silvio Soldán: “Pagué caro mi eterna debilidad por las rubias”

El emblemático conductor habló sobre su trayectoria artística en radio y televisión, actividades que realiza en sus tiempos de ocio, y confirmó su “noviazgo con cama afuera”

Fue el conductor de innumerables éxitos como Grandes valores del tango y Feliz domingo para la juventud. Su elegante voz vistió otros tantos éxitos radiofónicos. Silvio William Soldán significa un viaje al pasado, su impronta nos retrotrae a otras épocas. Ignora las redes sociales, no tiene teléfono inalámbrico y su celular solo lo utiliza para llamados de emergencias. Él está impecable, como recién salido de la pantalla, y sonríe mucho, lo que demuestra que es un militante del optimismo. Con una fuerza envidiable, sigue en pie y nada le quita la alegría, ni siquiera los dos meses que pasó detenido en la cárcel de Devoto, a la que él llama “country”, como tampoco la escandalosa separación de sus últimas mujeres. Nada parece afectar su pacífico presente. 

Convive junto con su madre, Genoveva, la famosa “Tita” y Cristian, el fruto de su relación con Silvia Süller. El joven es administrador de empresas, “buen tipo y fanático de Boca”, como lo describe su padre.  Hoy, Silvio conduce la quinta temporada de Volver pregunta y le gusta destacar que, en sus 56 años de carrera, se dedicó siempre a programas sanos: “No hice ninguna cosa que pueda ser objetada, siempre los programas fueron dirigidos a la familia”.

En una entrevista exclusiva con este medio, Silvio, relajado y honesto, se expresó sobre los vaivenes en el amor y el trabajo. 

—¿Encontraste a tu profesión o ella te encontró a vos?

—Encontré al medio. En mi familia no había ni una moneda y yo estudiaba abogacía. Debí abandonar porque no tenía plata para solventar los estudios, porque si bien la universidad era gratuita, no tenía dinero para los libros y el viaje en ómnibus. Averigüé que los locutores comerciales prestaban su voz en televisión y ganaban mucha plata y me contacté con un amigo que trabajaba en una agencia de publicidad. Le pedí que me presente a alguien para grabar un comercial y así fue. En 1959 hice mis primeros programas como animador en canal 7. Cuando en 1960 se inauguró Canal 9 estaban tomando personal. Me presenté a un examen y lo gané. 

En radio hice tres programas que fueron importantes por la audiencia. Elijo a la televisión porque es lo que menos trabajo me da. La radio es parte de mi corazón, pero me obliga a ir todos los días, a mantenerme informado, significa más esfuerzo y responsabilidad. Me gusta hacer radio de mañana, pero a esta edad ya no tengo ganas de levantarme temprano. 

Amores que matan

Silvio Soldán es un seductor nato y un caballero de antaño que declara: “Siempre fui un admirador de las mujeres”. Entre las más reconocidas que pasaron por sus brazos está Silvia Süller, la madre de su hijo Cristian, quien hasta el día de hoy dice que lo ama. La actriz fue la primera de las blondas que conquistaron el corazón del locutor, aunque la relación terminó de forma escandalosa. Sin negarse a transitar otra experiencia amorosa, Silvio construyó un vínculo con Giselle Rímolo, quien fue denunciada por ejercer de forma ilegal la medicina y esta cuestión costó la vida de una persona. Es por eso que la “falsa” doctora estuvo en prisión al igual que Silvio, quien fue apresado por sospecha de asociación ilícita por una clínica que habría inaugurado, la cual era manejada por su entonces novia.

—¿Te considerás exitoso con las mujeres?

—Al principio tenía éxito por mí y después no sé si fue por la fama. Me he levantado muy buenas minas (sic). Con el trabajo en la radio y la televisión se acrecentó esta cuestión. Las mujeres saben cómo llegar y cómo marcar el camino para hacernos la tarea más fácil. Las rubias me pueden, siempre fueron mi debilidad, eso es sabido, aún así lo pagué muy caro, así que ahora quizá cambie de color. 

—¿Con Rímolo volviste a hablar? ¿Y con Süller?

—Con Giselle no hablé más. La vi en un juicio oral y nada más. Para mí, está muerta. Pasé los peores días de mi vida cuando estuve en la cárcel, lejos de mi madre, de mi hijo pero siempre siendo optimista. Tenía buen humor todos los días porque sabía que era inocente y me tomaron de perejil para armar una causa. Pero ya pasó y eso es parte del pasado. 

En cuanto a Silvia tenemos un hijo. No hablamos pero sé que se fue del país. Qué bien por ella.

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