los '90

Son de diez, una familia moderna y con mucha onda

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento en la TV argentina, diario Hoy recuerda la cálida novela que instaló los nuevos paradigmas de una década.

Desde 1992, el viejo canal 13 estrenaba una comedia argentina que revelaba el cotidiano de una familia de clase media. La constituían Silvia Montanari, que interpretaba a Silvina, una mamá cariñosa pero de carácter fuerte; Claudio García Satur como el jefe del clan; su padre, encarnado por un renovado Javier Portales, y los tres hijos de diferentes edades; Federico Olivera como el mayor, una voluptuosa Florencia Peña que por aquel entonces se ganó el mote de “La Pechocha”, y la benjamina, Daniela Redin.

La versatilidad del elenco conformado por figuras de primera línea ya consagradas y los jóvenes que incursionaban en la industria audiovisual fue un fuerte atractivo para la propuesta de la pantalla chica.

Por aquél entonces, el contexto comenzaba a modificarse en el país con la llegada del peso al mismo monto que el dólar, más conocido como 1 a 1, el acceso al cambio de vida gracias a la adquisición de electrodomésticos, viajes al exterior, la apertura de negocios propios como locales de videojuegos, pequeños parques de diversiones y canchas de paddle o tenis. Además, la estética e imagen era estrafalaria, pues imperaban los rulos abultados, el bronceado extremo, los jeans, las hombreras y las prendas nevadas. Por otro lado, las decoraciones hogareñas eran fastuosas: cortinados, sillones enormes y arreglos florales en chalets majestuosos. A pesar de que los entendidos en este tema afirman que “las modas siempre vuelven”, muchos de los atuendos y estilos dominantes por aquél entonces hoy son considerados kitsch.

En el transcurso de la ficción, se mostraban las vicisitudes comunes a cualquier familia: el trabajo, la adquisición de la casa propia, el llegar a fin de mes, el crecimiento de los hijos, la independencia, la emancipación, los amores, el síndrome del nido vacío y el primer hogar en la adultez.

Una ficción que incluyó temas tabúes

Son de diez fue la primera producción que entabló problemáticas contemporáneas como el acoso sexual y la vulnerabilidad laboral. Cuando el personaje de Peña realizaba un casting para incursionar en el modelaje es drogada por los empleadores, que intentaron sobrepasarse con ella debido a su estado de indefensión. En otros capítulos insistía en abandonar el secundario para tener un empleo, pero sus papás se negaban. Sin embargo, apoyaban esa decisión en el mayor porque era más adulto y ordenado, dejando entrever una faceta protectora.

El HIV y la profilaxis en los 90

Durante la entrega, el personaje de Federico Olivera que conquista a sus pares femeninos e intenta establecer una relación estable, durante una charla es aconsejado por su abuelo en la responsabilidad de la profilaxis ante los encuentros íntimos para cuidarse y prevenirse del HIV. Más aún cuando entabla un affaire con una joven que había dado positivo; por entonces sentaron conciencia en las jóvenes generaciones sobre esta temática de salud pública.