Taylor Swift brilló en “Saturday Night Live” con la nueva versión de “All Too Well”
La cantante está presentando la reedición de su disco “Red”.
Taylor Swift se presentó anoche por el programa Saturday Night Live como parte de la promoción de la reedición de su álbum Red (2012) llamado Red (Taylor’s Version).
La cantante estadounidense interpretó el tema “All Too Well”, que en esta nueva versión dura 10 minutos. Mientras cantaba, el público pudo disfrutar en la pantalla del documental que acompaña a la canción, protagonizado por Sadie Sink (Stranger Things) y Dylan O’Brien. El clip fue escrito y dirigido por Taylor.
La historia que esconde “All Too Well”, el hit de Taylor Swift
“Aquí va una canción triste sobre el otoño”, contó la cantautora durante su presentación en el especial Tiny Desk Concert, en 2019. Un tema que trata sobre el fin de una relación amorosa y la nostalgia luego de la separación.
Según el análisis de los fans, la canción está basada en la relación de la artista con Jake Gyllenhaal, en 2010. Luego de que el actor decida terminar, Swift eligió expresarse a través de su música y escribió una larga canción: "All Too Well". Cuando salió el álbum Red en el 2012, la compositora modificó y cortó la letra, dejando que el tema dure 5 minutos y medio.
A pedido de sus fans, a la hora de regrabar su icónico álbum, Taylor incluyó entre las canciones extra, a las cuales denomina "From the Vault" ("Desde el baúl" en español), la larga versión que dura un total de 10.12.
Por qué Taylor Swift está reeditando sus primeros discos
La historia por la que Swift, única mujer ganadora de tres Grammy en la categoría álbum del año, perdió el control de sus propias composiciones es uno de los capítulos más extraños de la industria musical.
Aquellos primeros discos se editaron bajo el sello de Nashville Big Machine, que tenía el control de la mayor parte de los derechos de sus canciones, hasta que en 2019 firmó un contrato más importante con Universal Music, que le daba los derechos de lo que publicase en el futuro.
Pero el representante musical Scooter Braun compró la discográfica Big Machine y todas las grabaciones de los primeros seis álbumes de la artista, varios de ellos discos de platino, quedaron bajo su control. Aunque Taylor intentó comprárselos, no tuvo éxito.
Al ser compositora, no tenía el control de las grabaciones, pero sí el de las letras. Por lo que podía volver al estudio y replicar toda su discografía anterior, siendo ahora dueña de sus canciones.