Tom Ruegger, el padre de Pinky y Cerebro
El productor y guionista trabajó como mano derecha de Steven Spielberg en Warner Bros. creando contenidos animados para toda la familia, entre los que se destacan los roedores que querían conquistar el mundo. En diálogo con este medio, habló de los exitosos shows y de la posibilidad de producir nuevos capítulos de las clásicas caricaturas
El productor y guionista trabajó como mano derecha de Steven Spielberg en Warner Bros. creando contenidos animados para toda la familia, entre los que se destacan los roedores que querían conquistar el mundo. En diálogo con este medio, habló de los exitosos shows y de la posibilidad de producir nuevos capítulos de las clásicas caricaturas
unque los últimos diez años trabajó para Disney, Tom Ruegger será recordado como el padre de inolvidables dibujos animados de la década del 90. Como la mano derecha de Steven Spielberg, inventó a los Animaniacs, tres criaturas llamadas Yakko, Wakko y Dot, que debido a su locura habían sido encerradas en el tanque de agua de la Warner Bros., del que se escapaban para sus curiosas aventuras. Además, fue responsable de Fenomenoide!, un absurdo superhéroe informático, y de los ratones de laboratorio que soñaban con conquistar el mundo, Pinky y Cerebro.
“Spielberg se preocupaba porque hiciéramos cosas con una calidad similar a la de una película”, aseguró Ruegger en una charla con diario Hoy. Gracias al éxito de Tiny Toons, serie para la que escribió 27 episodios y produjo cerca de cien entre 1990 y 1992, el cineasta le confió la creación de un nuevo show que naciera como secuela o spin-off de las caricaturas de la Warner Bros.
“Yo quería algo original y me dio la libertad para crear a los Animaniacs”, explicó el productor.
—De todos los personajes que inventaste, ¿cuál es tu preferido?
—Es muy difícil elegir. Cuando estaba en la universidad hacía un pato, y cada vez que hago garabatos, lo hago a él, así que podría ser ese. Por su
personalidad, me gustan Yakko y Cerebro.
—¿Cuál fue la emisión en la que más involucrado estuviste?
—Sin dudas, Animaniacs. Creé el programa, los personajes, estuve involucrado casi en cada una de las historias pensando la idea de cada capítulo. Los dibujos originales tenían como base el pato que mencioné que garabateaba, pero a ellos les puse narices rojas y orejas.
—Más allá de que no fueron tantas temporadas, ¿esperabas el impacto que tuvo?
—Me encanta que en 2017 sigan amando el show. Trabajamos duro intentando hacer algo divertido, hicimos 99 episodios de media hora y luego la película. La razón por la que todavía resuenan es porque tenían un humor inteligente, no solo para chicos sino para toda la familia. La gente que lo veía se acuerda de las frases de los personajes.
—Escribían muchos chistes que apuntaban a los adultos…
—Los personajes por sí mismos eran adorables. Pero muchas veces los chistes tenían que ver con que los chicos no los entendieran o los malinterpretaran, había una inocencia en esas bromas de mal gusto.
—¿Es cierto que podrían volver el próximo año?
—Hay un rumor, pero no se sabe, estamos todos esperando. La gente me pregunta y honestamente, en este momento, no estoy seguro de qué es lo que va a pasar.
Los ratones que opacaron a Mickey
Aunque originalmente nacieron como parte del mundo de los Animaniacs, Pinky y Cerebro tomaron vuelo rápidamente y dejaron de ser un corto para pasar a tener una serie propia. Con exóticos planes, los ratones de laboratorio intentaban conquistar al mundo en cada episodio.
—La leyenda cuenta que los personajes fueron inspirados en colegas tuyos…
—Sí, colegas con los que trabajé por años: Tom Minton y Eddie Fitzgerald. Tom era Cerebro, se parecía bastante. Había una caricatura de él que usábamos para hacer al personaje. Hablaba en un tono bajo, tenías que acercarte para escucharlo, y era muy amigo de Eddie, que era muy demostrativo, se reía y decía cosas como “narf” (expresión que popularizó el personaje de Pinky). Estaban en la oficina de al lado y yo los escuchaba cuchichear, como si estuvieran conspirando, y ahí pensé “Mirá si estuvieran planeando conquistar el mundo”.
—¿Estaban al tanto de esto?
—Usábamos sus caricaturas, así que sí (risas). Incluso audicionaron para hacer las voces de los personajes.
—Si los planes de Pinky y Cerebro hubieran funcionado, ¿qué creés que hubiera pasado?
—Sinceramente, viviríamos en un lugar mejor. Tengo más ideas si fuera necesario escribir nuevos capítulos.
—Spielberg tuvo mucho que ver con el desarrollo de las producciones, ¿cuándo se terminó esa relación?
—Mi último trabajo con él fue en 1998 El deseo de Wakko, la película de Animaniacs, que se estrenó en 1999. Para ese momento surgió Dreamworks, la razón por la que Spielberg y Warner Bros. se separaron.
Fenomenoide!, un show de culto
A pesar de su corta duración, con apenas 24 episodios, Fenomenoide! logró convertirse en un programa de culto para toda una generación. Esto es algo que Tom Ruegger tiene muy presente y por eso revela con entusiasmo las grandes noticias que tiene para los fanáticos: “Vamos a hacer una convención virtual en enero, a través de Facebook live”.
Si bien para el productor Fenomenoide! era un gran programa, el problema del rating terminó sepultando su continuidad. “Warner Bros. lo puso en un horario en el que los chicos no miraban televisión, cerca de las 7 de la mañana”, afirmó. Además, contó que le encantaría ver un regreso del superhéroe.
En este sentido, ¿es posible que algunas de las clásicas caricaturas vuelvan a la pantalla chica? Al respecto, el creador concluyó: “Todas las cosas que hicimos con Spielberg podrían volver, teóricamente. Pero, ¿quién tiene el dinero? No los queremos hacer con poca plata porque eran productos muy elaborados. Estaría mal hacerlos con poco presupuesto”.