Asexualidad: otra forma de vivir relaciones, deseos y fantasías
Quienes la llevan adelante, que no siempre son activistas, casi no sienten atracción sexual, desarrollando diferentes experiencias en lo que a sus vínculos refiere.
No es falta de líbido, no es abstinencia, ni un celibato autoimpuesto. Tampoco es aversión al sexo o incapacidad de sentir excitación o enamorarse. La asexualidad significa no tener atracción sexual o tenerla con baja intensidad; solo por momentos o hacia personas particulares. Si hay vínculo de por medio lo convertiría en una demisexualidad, que son las personas que necesitan crear un vínculo para recién sentir o experimentar deseo sexual.
Dentro de este grupo que lucha para no ser invisibilizado, hay gente asexual que tiene prácticas sexuales y otras que no, hay quienes eligen estar en pareja y quienes prefieren no hacerlo. La atracción puede ser solo física, por un cuerpo o manifestar interés romántico. Ninguna definición es estática: se habla de un “espectro”, que alberga realidades múltiples.
Aceptación y respeto
“Durante muchos años no sabía bien qué me pasaba, pero simplemente lo callaba y seguía la corriente de mis amigas, de tener novio o citas de una noche. Pero jamás de adolescente o ya un poco más grande, pude vivir mi sexualidad o, simplemente, saber qué me pasaba. Tenía temor de que me traten de trastornada viendo como trataban a gays y lesbianas. Era tipo: ¿y esta bicha de dónde salió?”, cuenta Mayra, quien tiene 32 años, es odontóloga y tiene un hijo que adoptó hace dos años.
Esta información nos hace preguntarnos: ¿se puede ser asexual y madre? “Por supuesto que sí, no tiene nada que ver una cosa con la otra. Yo busqué un hijo porque el amor me desborda y quería compartirlo con él, no con un hombre o mujer, pero no sentí en ningún momento que lo tenía que hacer, digamos, de la forma tradicional”, explicó.
“Soy muy compañera y amorosa con mi nene, lo mío no es falta de amor, es falta de interés sexual, simplemente no me llama la atención”, concluyó.
La lucha por ser incluidos
Es importante aclarar que en el mundo en el que vivimos, la atracción sexual es definida como constitutiva del ser humano; se la considera como algo esperable y también saludable para las personas. En este contexto, es bastante difícil vivir abiertamente de una manera asexual. Aquí puede verse la importancia de que estas definiciones y disidencias, que a medida que pasen los años van a crecer y crecer, sean parte de la Educación Sexual Integral (ESI). Cada vez se generan más espacios de diálogo y activismo para que suceda, ya que el intercambio es fundamental. El gran inconveniente es la gran falta de información que genera que en el sistema de salud se patologice, medique o se trate a la asexualidad como un problema.