exclusivo

AstraZeneca, la trombosis y las teorías conspirativas

Diario Hoy analiza las razones detrás de las marchas y contramarchas en las campañas de vacunación del inoculante de Oxford en países como Francia, España e Italia.

En ocasión de la conmemoración del Día Mundial de la Trombosis en octubre del año pasado, la doctora Dolores Puente, médica hematóloga del Servicio de Hematología de la Fundación Favaloro, aseguró a diario Hoy que la trombosis es “la principal causa de los ACV, infartos de miocardio y de embolia pulmonar” en el mundo. A tono con esto, recordó un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2018 que reveló que una de cada cuatro muertes está relacionada con esta afección.

La trombosis es la formación de un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo, vena o arteria, que una vez que se produce puede bloquear el flujo sanguíneo normal e incluso desprenderse y viajar hacia un órgano. El tromboembolismo venoso o TEV es una afección en la que se forman coágulos de sangre con mayor frecuencia en las venas profundas de las piernas, conocidas como trombosis venosa profunda o TVP, y pueden viajar en el torrente sanguíneo y alojarse en los pulmones, evento conocido como embolia pulmonar o EP.

En el transcurso de la última semana, varios países europeos frenaron el uso de la vacuna desarrollada por el laboratorio sueco-británico AstraZeneca y la Universidad de Oxford contra la Covid-19 mientras eran investigados una treintena de casos de trombosis en personas vacunadas con el antídoto. La suspensión de su uso, al menos mientras se estudiaba la relación entre los problemas de coagulación con la administración del fármaco, como era de esperar, generó una ola de desconfianza difícil de revertir en los ciudadanos del mundo.

Finalmente, el jueves la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) concluyó que la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus es “segura y eficaz”, algo que antes ya había asegurado la OMS. Tras la evaluación de la EMA, varios países anunciaron que retomaban la campaña de vacunación. No obstante, los episodios aislados –un pequeño número de personas si se compara con el total de vacunados– seguirán siendo estudiados por las autoridades sanitarias.

Las teorías conspirativas, a la orden del día

Lo cierto es que la formulación desarrollada por el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford es una de las más baratas del mundo: tiene un precio de 3,5 dólares, contra los 11,5 dólares que cuesta la “Sputnik V” y los 40 dólares de la vacuna de Sinopharm.

En otro orden, la gran ventaja que tiene el fármaco en cuestión es que para su almacenamiento necesita la temperatura normal de un refrigerador, es decir, entre dos y ocho grados Celsius. La contracara de esta enorme virtud son las vacunas de Moderna y de Pfizer/BioNTech, que necesitan temperaturas muy bajas: -20ºC y -70ºC, respectivamente. Este aspecto del antídoto en cuestión no solo facilita la logística de traslados y almacenamiento, sino también la vacunación a gran escala.

Por estas razones, sobre todo en las redes sociales pero también en el análisis de grandes medios, las teorías conspirativas estuvieron a la orden del día durante toda la semana. Se dijo, entre lo más extendido, que no es casualidad el desprestigio a la vacuna de AstraZeneca, la más barata y fácil de manipular, y que habría provenido de sectores vinculados a la industria farmacéutica. Lo concreto es que podría decirse que este de­sarrollo es uno de los más estudiados en el mundo, ya que fue la primera vacuna cuyos resultados de eficacia fueron validados por la revista científica The Lancet, el 8 de diciembre del año pasado.

Noticias Relacionadas