Cultura

Augusto Bonardo un pionero de la televisión argentina

Llegó a ser una de las figuras más populares y respetadas de la televisión argentina. En los años 70 reemplazó a Mirtha Legrand a la hora del almuerzo

Augusto Bonardo, apodado “El Nene”, fue un producto típico de las clases medias de provincia. Nació en Pergamino el 9 de octubre de 1918. Su madre fue directora de escuela, su padre tesorero del Banco Nación. A los diez años se trasladó con su familia a Buenos Aires. Se fascinó con la gran ciudad. Amaba los tranvías, al punto de pedirle a un canillita amigo algunos diarios para poder subirse sin pagar y vendérselos a los pasajeros. Ese simulacro de vendedor de diarios fue su recuerdo infantil más grato y persistente y, quizá, su primer contacto con el oficio que ejerció hasta el último día de su vida, el periodismo.

Hubo un episodio de su infancia que lo marcaría para siempre: al año de estar radicados en Buenos Aires, su padre, acosado por las deudas, sacó con premeditación un abultado seguro de vida, y se suicidó. Quería asegurarles una posición económica desahogada. Augusto no terminó el sexto grado –las matemáticas lo aterraban– y se refugiaba en la patota de la esquina. La madre empezó a alarmarse por las malas juntas. Un día, le dio un sobre cerrado y le pidió que se trasladara hasta la localidad de Ferré, en la provincia de Buenos Aires, para que un tío materno, que vivía en una chacra, firmara un documento. En la estación lo esperaba su tío, quien abrió el sobre y le dijo que lo que le pedía su madre no era que firmara un documento, sino que se hiciera cargo de él, para corregirle la mala conducta. Tres años vivió en la chacra. Fue arreador de reses, peón y obrero textil. Volvió a Buenos Aires convertido en otra persona.

En 1953, la cantante de spirituals Paloma Efron, conocida como Blackie, decidió incursionar en la televisión como productora, y convocó a Augusto Bonardo, quien ya era conocido como periodista contestatario y reflexivo. El programa se llamó El pueblo quiere saber, iba por Canal 7 y fue uno de los grandes éxitos televisivos de la época. Así comenzó su largo recorrido profesional este periodista que en 1964 inauguraría uno de los programas más legendarios de nuestra televisión, Odol pregunta. Programa que llegaría al pico de su popularidad cuando, años más tarde, fuera conducido por Cacho Fontana.

Fue pionero en el intento de crear espacios televisivos dedicados a la cultura. El ejemplo más emblemático fue su programa La gente, una apertura hacia expresiones culturales que nunca habían tenido su lugar en la pantalla, y donde las tendencias políticas más dispares podían manifestarse a través de debates profundos y sin interrupciones. El carisma irradiado por Bonardo hacía que esas emisiones traspasaran los límites de un público especializado y adquirieran popularidad.

Durante varios años trabajó en televisión en Puerto Rico. Fue director de Radio El Espectador, de Montevideo, y en 1955 asumió la dirección general de la llamada Radio B, que incluía a Belgrano, sus repetidoras y Canal 7. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Argentina de Locutores.

A comienzos de los 70, reemplazó en Canal 9 a Mirtha Legrand y tuvo su propio programa de almuerzos. Acuñó una frase que se hizo célebre: “Disponga usted de las cámaras, señor director”. Participó en varias películas junto a Graciela Borges, Lautaro Murúa, José Marrone y Lolita Torres, entre otros. Murió en Buenos Aires el 28 de octubre de 1995, a los 77 años.

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