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Crean el primer animal modificado para tener hijos sin sexo

Un equipo de investigadores logró que hembras de moscas se reproduzcan por sí solas si no hay machos a su alrededor. Esa capacidad se transmite de generación en generación.

La mayoría de los animales se reproducen de forma sexual. El óvulo de una hembra es fertilizado por el esperma de un macho. Pero a veces no ocurre así. Algunas especies de insectos, peces o reptiles no necesitan aparearse para tener descendencia. Incluso se ha observado en un cocodrilo en cautiverio, en un zoológico de Costa Rica. El fenómeno se denomina nacimiento virginal o partenogénesis, e implica que el óvulo se convierta en un embrión sin mediación de un macho.

Un grupo de científicos ha identificado por primera vez la causa genética para el nacimiento virginal. Y lo que es aún más asombroso, han logrado inducirlo en la mosca de la fruta, una criatura que se reproduce sexualmente. Pero la historia no acaba aquí: una vez activada, esa capacidad se transmite de generación en generación. La descendencia puede reproducirse sexualmente, si hay machos alrededor, o por partenogénesis, si no los hay. Los hijos resultantes no son clones exactos de su madre, pero son genéticamente muy similares y siempre son hembras.

“Somos los primeros en demostrar que se pueden diseñar nacimientos vírgenes para que sucedan en un animal. Fue muy emocionante ver a una mosca virgen producir un embrión capaz de desarrollarse hasta la edad adulta y luego repetir el proceso”, afirma Alexis Sperling, investigadora de la Universidad de Cambridge y primera autora del artículo, publicado en la revista Current Biology.

En los experimentos, el comportamiento de las moscas fue bastante significativo. En dichas moscas manipuladas genéticamente, las hembras esperaron encontrar un macho durante la mitad de sus vidas, unos 40 días, pero luego se dieron por vencidas y procedieron a tener un parto virginal. Es decir, cuando vieron que sus posibilidades de tener pareja eran muy pequeñas, decidieron arreglárselas ellas solas.

También es cierto que no fueron muchas. Solo entre el 1 y 2% de la segunda generación de moscas hembra con la capacidad de parir vírgenes produjeron descendencia, y esto ocurrió solo cuando no había moscas macho alrededor. Cuando había machos disponibles, las hembras se apareaban y se reproducían de forma normal. Para los científicos, la clave del descubrimiento fue el hecho de que se realizó en Drosophila melanogaster, un “organismo modelo” para la investigación en genética durante más de 100 años.

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