cultura

Los resabios de la Semana Trágica

Una huelga que terminó en masacre.

En diciembre de 1918 se inició una huelga en los talleres metalúrgicos Pedro Vasena e Hijos. Fue una toma pacífica —en la que los trabajadores exigían mejoras en sus condiciones de trabajo y en sus salarios— que desembocó en cuatro muertos, una huelga general convocada para llorar a esos muertos que al poder le pareció que era la mecha de una revolución social y actuó a sangre y fuego. El terrible episodio pasó a la historia como la Semana Trágica.

Sin embargo, nadie sabe hasta el día de hoy cuantas víctimas hubo realmente. Lo que el escritor Juan Forn bautizó “pogrom como deporte de las clases pudientes” devino, lisa y llanamente, en un coto de caza, con zonas liberadas a lo ancho de Buenos Aires. El 15 de enero, el Poder Ejecutivo dio orden de empezar a liberar los innumerables detenidos que abarrotaban las comisarías: a más de la mitad se les aplicó la Ley de Residencia y fueron expulsados del país.

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