Durante 2016 fueron esclarecidos cerca de 40 avistamientos de ovnis

Una oficina de la Fuerza Aérea Argentina se encarga de dar respuesta a las denuncias de los ciudadanos. Con ayuda de la tecnología, la gran mayoría es descartada

Cerca de 40 avistamientos de objetos voladores no identificados (ovnis), denunciados en la Argentina durante 2016, fueron finalmente explicados por una comisión de la Fuerza Aérea Argentina (FAA). Se trata de fenómenos naturales confundidos por quienes tomaron fotografías o presenciaron los hechos denunciados.

La Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (Cefae) es un organismo que funciona desde 2011 en una oficina del edificio Cóndor, en la Ciudad de Buenos Aires. Su responsable, el comodoro Rubén Lianza, explicó que brindan “un servicio público abierto para que los ciudadanos puedan esclarecer los avistamientos de ovnis que hayan registrado. Utilizamos todas las herramientas disponibles para identificar con el mayor grado de precisión posible cada caso. No es que estemos buscando vida extraterrestre en las fotos”.

El especialista, con 40 años de experiencia, explicó que “muchas personas logran tomar fotografías cuando ven algo en el cielo que no pueden explicar, y otras, cuando ven las fotos que tomaron, notan objetos que parecen volar y que no esperaban encontrar”. 

Lianza indicó que “se identifican al menos siete diferentes géneros de explicaciones. Algunas son de origen óptico, como pueden ser reflejos externos o internos del lente, partículas o gotas sobre el mismo y problemas del sensor. Otras, biológicas: aves o insectos cruzando frente a la cámara o formando ilusiones ópticas por estar tomados con muy baja velocidad de exposición. También hay causas astronómicas, como por ejemplo la Luna a plena luz del día, alguna estrella o planeta e incluso la ocasional caída de un meteoro, el reflejo del sol en espejos de satélites de comunicaciones, aeronaves en vuelo diurno o nocturno y globos experimentales”, añadió.

Hasta el momento, el 40 por ciento de los casos presentes en su informe anual corresponden a causas biológicas; un 37,1 por ciento, a causas vinculadas con efectos producidos por la cámara, mientras que el 5,7 corresponde a motivos astronómicos y el 2,9, a causas satelitales.

Para el análisis de los casos, la comisión utiliza, entre otros, tres softwares de seguimiento satelital y astronómico, Orbitron, Satflare y Stellarium, que registran la órbita exacta en tiempo real y con posibilidad de simulación en tiempo diferido de los aparatos y cuerpos celestes, con lo que se puede reproducir el estado del cielo en la hora y la fecha exacta en la que se predujo el fenómeno.

“Cuando el ojo ve cosas al límite de la visión, el cerebro completa la información faltante recurriendo a la imaginación. Esto puede ocurrirle tanto a una persona sin conocimientos de aeronáutica como al piloto más experimentado. Por eso, todos los casos que recibimos deben estar necesariamente acompañados de pruebas fotográficas, videos u otro tipo de evidencias materiales”, completó el especialista.

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