cultura
El carcelero que se volvió escritor
La vida de Dovlatov fue llevada al cine en 2018.
“Solos de máquina de escribir”, les llamaba Sergei Dovlatov a eso que guardaban los escritores en el cajón cuando las editoriales rechazaban cada cosa que mandaban. Discípulo de Anna Ajmátova y Joseph Brodsky, aprendió de ellos a tener la guardia siempre alta frente al poder, pero su época ya no era la de Stalin.
Dovlatov tenía la intención de estudiar letras, pero le dieron a elegir: tractorista o servicio militar. Eligió esto último y lo enviaron de guardia a un penal de delincuentes comunes en Siberia, donde pasó más tiempo castigado en una celda que como carcelero. Volvió tres años después a Leningrado con un libro en el equipaje. Aquel libro rebatía la representación clásica en la cual el prisionero era la víctima y el guardia la encarnación del régimen. Dovlatov eligió mostrar, en cambio, lo que tenían en común: “Los carceleros no se distinguen demasiado de los presos. Hablan la misma jerga, piensan las mismas cosas. Y el mundo exterior tampoco se distingue mucho del mundo carcelario. A ambos lados del alambique hay un mundo básicamente igual, poblado por habitantes mezquinos,egoístas, estúpidos y perezosos”.