El otro enemigo invisible al que nos tenemos que enfrentar

Frente a las bajas temperaturas, vuelve el miedo a la intoxicación por monóxido de carbono

Regresa el frío y reaparece el temor por el monóxido de carbono. El enemigo invisible que por año deja alrededor de 250 muertes en el país. Como tantos otros falle­cimientos esta intoxicación puede evitarse si cada uno toma conciencia acerca de lo que enfrentamos.

Ante al aislamiento social, preventivo y obligatorio la mayoría de la población se encuentra mayor tiempo en sus domicilios. Es por eso que al enemigo protagonista de estos tiempos se le suma uno ya conocido.

Al hablar de monóxido de carbono estamos refiriéndonos a un gas que se difunde con mucha facilidad. “Es inodoro, insípido, incoloro, lo que significa que lo respiramos y no nos damos cuenta. Es una molécula pequeña que se genera por la combustión incompleta del material orgánico”, nos cuenta Carlos González, toxicólogo e investigador de la facultad de Ciencias Exactas,
Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones.

“Se genera por combustión incompleta de compuesto orgánico, es decir que se va a producir por combustión de gas. Por ejemplo de un calefón, de cocinas o estufas, ahora que vienen tiempos de fríos”, sostiene el especialista. Esto se puede observar en una hornalla que quema de color amarillo o anaranjado y no tiene la llama azul tan característica.

El monóxido comienza a ser riesgoso cuando está en un ambiente cerrado aumentando su concentración en el espacio. “Cuando ingresa al organismo lo que hace es unirse a la hemoglobina en vez del oxígeno, por lo tanto desplaza al oxígeno y comienza la sangre a transportar monóxido”, agrega.

Lo fundamental es mantener una puerta o una ventana abierta. “Las precauciones que tenemos que tener cuando tengamos una combustión incluyen tener siempre una ventilación y por supuesto revisar todo lo que tiene que ver con las hornallas. Observar que sean de color azul”, remarca González.

Se debe realizar un servicio de mantenimiento en los aparatos que funcionen a partir de un suministro de gas o por combustión. Debe llevarlo a cabo un gasista matriculado que controle la emisión de gases del artefacto con detectores. Esto incluye calefones, calefactores, calderas y generadores de electricidad por combustión, entre otros.

Según el Ministerio de Salud de la Nación se estiman unas 250 muertes por año. A nivel nacional, el Sistema Nacional de Vigilancia de Salud, durante el período 2018-2019 (semanas 1 a 52) se notificaron casi 3.000 intoxicaciones.

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