Extrañas lluvias a lo largo de la historia

Desde el Diluvio Universal al presente se han producido precipitaciones que provocaron el asombro de la humanidad.

De acuerdo a la cronología bíblica, tal como fue calculada por el arzobispo Usher, el diluvio universal ocurrió aproximadamente 2400 años a.C. en la cuenca de Éufrates. En el Antiguo Testamento se cuenta la historia de cómo Noé tuvo que elegir a dos animales de cada especie para que subieran junto a él y su familia al arca de madera, para poder sobrevivir a la furia de Dios, que inundó el mundo con una lluvia que parecía no tener fin. Pero la historia del Diluvio no es exclusiva de la fe católica: la mitología china cuenta que se produjo una gran inundación que duró generaciones y la gente abandonó sus hogares para vivir en lo alto de las montañas. Incluso Zeus provocó un gran diluvio.

Uno de los más curiosos fenómenos que se observan en Honduras es la “lluvia de peces”. Tiene lugar en las cercanías de la ciudad de Yoro, en la llanura llamada El Pantano, que limita al oeste con el volcán apagado El Mal Hombre. Lo que más llama la atención de este fenómeno es la periodicidad: una vez al año, entre mayo y junio, al comenzar la estación lluviosa en esta pintoresca región. El “aguacero de pescados”, como le llaman los nativos, comienza generalmente entre las cuatro y cinco de la tarde, anunciándose con una nube negra, seguida de fuertes descargas eléctricas y un fortísimo huracán. Terminada la tormenta, las sardinas quedan saltando, vivas aún, sobre la verde sabana de El Pantano. Diversas teorías se han formulado para intentar explicar la “lluvia de peces”; pero la que parece más acertada es la que lo atribuye a una tromba marina procedente del Atlántico, por la constante dirección de la que la nube procede, por ir el aguacero acompañado de frecuentes y formidables descargas eléctricas, y por caer invariablemente en la planicie de El Pantano, donde quizás debido a la existencia de minerales de hierro exista un polo que atrae a la tromba por la cual llegan los misteriosos peces.

En Sri Lanka también ocurre un fenómeno similar, en el que los ciudadanos han sido “bombardeados” con más de 50 kilos de peces. En la tormenta de mayo de 2014, por ejemplo, los aldeanos explicaron que los peces medían entre 5 y 8 centímetros y que, como aún estaban vivos, los pusieron en cubos con agua para ser consumidos más tarde. A raíz de que estas lluvias de animales han ocurrido en diversas zonas del globo a lo largo de la historia, y son eventos bastante insólitos, han dado origen a muchas leyendas sobre los animales caídos del cielo. Aunque la lluvia de peces es la más conocida, se han dado casos de “lluvias de ranas” o incluso “lluvias de gambas”, para sorpresa de los viandantes.

El 14 de marzo de 1813 una lluvia roja cubrió desde Nápoles hasta Las Calabrias, en Italia. La muchedumbre se agolpó en los templos, creyendo llegado el fin del mundo. Analizadas las gotas, se halló en ellas hierro y cromo, que eran las sustancias que daban color al agua caída. En Palermo, el 10 de marzo de 1901, se cubrió el cielo de rojo y pronto comenzó a caer una llamada “lluvia de sangre”. En verdad, era polvo extraordinariamente fino, que rayaba el cristal, cuyos granos estaban rodeados de burbujas de aire, muy adherentes. Sin embargo, lo más terrible ocurrió en la ciudad de Albacete, el 16 de agosto de 1869, cuando una tormenta provocó la caída de témpanos de hielo de ocho a diez libras de peso.

Actualmente, la edad del agua de lluvia puede determinarse mediante contadores Geiger, por la radiación de tritio -isótopo del hidrógeno de tres átomos- presente en ella. Esta sustancia se forma en las capas superiores de la atmósfera por la acción de los rayos cósmicos. Así se ha podido comprobar que el agua de lluvia flota generalmente unas tres semanas por el aire, sea como humedad o vapor de agua, antes de aterrizar como lluvia o nieve. Asimismo, en pozos de gran profundidad se halla agua hasta de cincuenta años de edad.

Según la Organización Meteorológica Mundial el record de agua caída se registró en la India, del 15 al 16 de junio de 1995, en que llovieron 2.493 milímetros. En 2013, nuestra ciudad grabó para siempre en su memoria una tormenta de 390 mm que cayeron en pocas horas, y que dejó el irreparable saldo de 89 muertos.

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