Francisco canonizó a la Madre Teresa frente a 120.000 fieles

Con una Plaza de San Pedro repleta de feligreses, el Papa le otorgó el título de Santa a la célebre mujer. Destacó su misión con los necesitados y pidió que la religiosa, premio Nobel de la Paz, “sea modelo de santidad”

Declaramos y definimos Santa a la beata Teresa de Calcuta, y la inscribimos en el árbol de los Santos, estableciendo que en toda la Iglesia sea devotamente honrada entre ellos”, leyó el Pontífice a las 10.41 de Roma (5.41 de la Argentina) para convertirla en la primera Santa de la historia que, a su vez, es ganadora del Nobel de la Paz.

Con poco menos de 30 grados en una mañana soleada, fieles de todo el mundo, desde la Universidad Ave María de Florida en Estados Unidos hasta la diócesis de Nueva Delhi, vivieron en clima de fiesta la ceremonia que, junto con el Papa, celebraron 70 cardenales, 400 obispos y más de 1.700 sacerdotes.

Según aseguró Francisco durante la ceremonia, para la que se acreditaron más de 600 periodistas de todo el mundo, la Madre Teresa “se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado y ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos”.

“Hoy entrego esta emblemática figura de mujer y de consagrada a todo el mundo del voluntariado: que ella sea su modelo de santidad”, pidió sobre la fundadora de las Misioneras de la Caridad, presentes en más de 120 países de todo el mundo.

“Que esta incansable trabajadora de la misericordia nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”, pidió Francisco.

“Madre Teresa amaba decir: Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír. Llevemos en el corazón su sonrisa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren. 

Abriremos así horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura”, afirmó.

En medio de una semana completa de actividades dedicadas a la nueva Santa, que fue elevada a los altares con el lema “Portadora del amor tierno y misericordioso de Dios”, sus reliquias podrán ser veneradas en la Basílica de San Juan Letrán y en la Iglesia de San Gregorio Magno al Celio, entre mañana y el jueves próximo.

El protagonista del milagro, presente en la celebración

Marcilio Haddad Andrino, el ingeniero civil brasileño de 43 años a quien se le atribuye haber recibido un milagro de la Madre Teresa de Calcuta, asistió a la ceremonia de canonización. Recordó que en 2008, luego de ser diagnosticado por una rara infección en el cerebro, le rezó a la ahora Santa, tras lo cual se recuperó “sin dolor y con una gran paz interior”.

El caso de Andrino fue el segundo milagro que atribuyó la Iglesia a la Madre Teresa. El primero fue el de la india Mónica Bersa, quien en 1998, un año después del fallecimiento de la Santa, salvó su vida tras invocarla, por lo que en el año 2003 la religiosa fue declarada Beata.     

Andrino dio detalles de su historia frente a algunos de los más de 600 periodistas y 125 canales de televisión acreditados para el evento. Relató que en 2008 se le diagnosticó una infección rara en el cerebro e hidrocefalia y, como los antibióticos no hacían efecto, los médicos tomaron la decisión de intervenirlo quirúrgicamente pese a los riesgos de la operación. 

“Recé a la Madre Teresa y, el día de la operación, me levanté sin dolor de cabeza y con una gran paz interior. Los médicos decidieron aplazar un día la intervención, pero ya no hubo necesidad. Los abscesos se habían reducido en un 70% y la hidrocefalia había desaparecido”, narró. 

“No me considero un privilegiado. Esto que me ha sucedido hoy a mí, mañana le puede pasar a otro”, sentenció el hombre que, con sus rezos, certificó la intercesión de la nueva Santa y abrió el camino para que el Vaticano confirmara la canonización que presidió hoy el Papa Francisco.

Luego de la ceremonia, Francisco invitó a comer pizza a 1.500 pobres de Italia 

Tras proclamar Santa a la Madre Teresa de Calcuta ante más de 120.000 fieles de todo el mundo, el Papa Francisco invitó a comer “pizza napolitana a 1.500 pobres y necesitados” provenientes de varias ciudades italianas, quienes “viajaron toda la noche en micro para participar primero de la canonización y luego del almuerzo”, informó la Limosnería Apostólica del Vaticano

El almuerzo, ofrecido en el aula Paulo VI, fue preparado por una pizzería napolitana que llevó al Vaticano tres hornos de leña y fue servido por cerca de 300 voluntarios y voluntarias. Antes de ese encuentro, en el tradicional Ángelus, Francisco recordó “cuántas religiosas se entregan al servicio de los hermanos en contextos difíciles y de riesgo”.

“Pienso especialmente en tantas religiosas que dan su vida sin guardarse nada. Recemos en particular por la hermana misionera española Isabel, asesinada hace dos días en la capital de Haití, un país para el que pido que cesen los actos de violencia y que haya mayor seguridad para todos”.

“Recordamos también a otras hermanas que han sufrido violencia en otros países”, finalizó. Luego de dar el Ángelus, y antes de almorzar con los invitados, Francisco dio una vuelta en papamóvil por los alrededores de la Plaza San Pedro para saludar a los miles de fieles que siguieron la canonización desde la Via della Conciliazione.

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