¡Hemos sido engañados!

Un estudio de la Universidad de México reveló que la cola del espermatozoide no zigzaguea sino que se rota sobre su propio eje.

Una certeza de más de 340 años se desploma frente a nuestros ojos. Antonie van Leeuwenhoek, quien perfeccionó el microscopio, observó por primera vez “las semillas de la cigüeña” y descubrió unos pequeños seres con cabeza grande que se movían usando sus colas zigzagueantes como si fueran serpientes.

Desde entonces, esa percepción nunca fue puesta en discusión y se convirtió en “una verdad” hasta hoy.

Gracias a un microscopio 3D, investigadores de la Universidad de México en conjunto con colegas del Reino Unido, pudieron tener una imagen 3D de cómo se mueven los espermatozoides.

Es así como se descubrió que, en realidad, el espermatozoide mueve su cola en un solo sentido en forma de espiral. La dificultad de observar esto se debe a “debes moverte con el esperma y rotar con el esperma. Así que es casi como si necesitaras hacer una (cámara) realmente pequeña y pegarla a la cabeza del esperma», dijo Hermes Gadelha, jefe del Laboratorio de Polimatías en el Departamento de Matemáticas de la Ingeniería de la Universidad de Bristol en el Reino Unido.

Este descubrimiento genera nuevas preguntas y podría revelar aspectos importantes sobre la reproducción humana.