Importante descubrimiento científico sobre la Bandera nacional
Químicos del Conicet La Plata analizaron una de las banderas argentinas preservadas de mayor antigüedad y revelaron el color original de sus extremos inferior y superior. Según el análisis, se trata de azul ultramar.
En febrero de 1812 Manuel Belgrano, jefe del Regimiento de Patricios desde noviembre del año anterior, se encontraba en Rosario a orillas del río Paraná, al mando de las baterías Independencia y Libertad para contener posibles avances de las fuerzas realistas desde Montevideo. En estas circunstancias, debido a la necesidad de distinguir las tropas propias de las enemigas, creó la escarapela y enarboló por primera vez la Bandera que, con el transcurso del tiempo, sería la adoptada por la Nación argentina. Poco después, el otrora vocal de la Primera Junta marchó hacia Jujuy para hacerse cargo del Ejército Auxiliar del Perú.
Los colores de aquel pabellón son todavía motivo de polémicas historiográficas: mientras algunos afirman que era blanco y celeste (o sea, la tonalidad que hoy conocemos bajo ese nombre), otros replican que era blanco y azul. Para aportar a la resolución de esa controversia, científicos del Conicet en el Centro de Química Inorgánica “Dr. Pedro J. Aymonino” (Cequinor, Conicet-UNLP), junto con investigadores de la Universidad Federal de Juiz de Fora (Brasil), analizaron espectroscópica y químicamente hebras de la Bandera argentina que, según algunos historiadores, resulta ser la más antigua conservada: la del Templo de San Francisco en Tucumán. Tras su análisis, concluyeron que los extremos superior e inferior eran azules, más precisamente de un tono correspondiente al pigmento azul de ultramar.