Anónimos y solidarios

La historia de los vecinos que cocinan en la calle y juntan termos para llevar infusiones

Se trata de un grupo de veinte personas que todos los miércoles se juntan en 51 entre 11 y 12, a metros de Plaza Moreno, para armar más de 200 viandas de comidas que luego son repartidas por las calles de la ciudad. Ante la llegada del frío, también lanzaron una campaña para juntar termos y conservar el agua, café o té caliente.

De manera simultánea al inicio del mes de Mayo, las bajas temperaturas ganaron protagonismo en las últimas horas. No fue casual, entonces, ver a muchas personas desempolvando los roperos y armarios para buscar camperones, bufandas y gorros de lana para salir a la calle, en especial en las primeras horas del día, cuando las temperaturas máximas del jueves no superaban los cinco grados en la ciudad.

Por todo esto, mucho más que en otras épocas del año, cobraron relevancia las acciones solidarias de grupos vecinales organizados que, desde incluso antes de la pandemia, reparten comida a las personas que están viviendo en la calle, o a familias puntuales e identificadas que lo necesitan.

Tal es el caso del grupo Noches Solidarias, que se junta todos los miércoles, a partir de las 16, a cocinar en una casa que está pegada a la acción católica de La Plata, sobre 51 entre 11 y 12. Desde allí salen más de cien viandas que son repartidas en distintos puntos de la ciudad a partir de las 19, con la premisa de ayudar a las personas que no tienen los medios suficientes para comprar alimentos y que buscan un plato de comida caliente para poder descansar.

En este grupo, uno de los referentes es Enrique Maestri, un chapista que trabaja en Los Hornos y que también se encarga de organizar encuentros de autos antiguos.

Algo similar había ocurrido, el sábado, con un concierto al aire libre que brindó un vecino del barrio Jardín, en la puerta del merendero Iberá Aguas Brillantes de bulevar 96 entre 84 y 116.

Una carpa y una ilusión

Desde hace dos años, uno de los vecinos de Los Hornos recibe a diario la ayuda de otras personas al estar instalado con una carpa sobre 155 entre 66 y 67.

Se trata de un Gustavo, quien hace varios años fue desalojado de la casa donde vivía y después de un tiempo se instaló con una carpa a metros del cruce de la avenida 66.

Desde ese lugar, se hizo famoso durante la pandemia por tener que salir a cazar junto a otro hombre que vivía en la misma situación para poder comer.

Hoy, la realidad es distinta, ya que a partir de la difusión de su historia, esta persona recibe a diario la ayuda de otros vecinos de la zona. Sin embargo, distintas ONG, como la encabeza Nancy Maldonado, siguen en busca de un lugar más seguro y protegido para este vecino de la ciudad que, en ocasiones, ha realizado algunos trabajos en la gomería que está frente a su carpa.

Noticias Relacionadas