La obsesión en los grandes escritores

Alguna vez el escritor estadounidense Jack London escribió: “Ser capaz de olvidar es la base de la cordura. Recordar incesantemente conduce a la obsesión y a la locura”. Lo cierto es que al escritor obsesivo no le llegan ideas inspiradas con perfiles de perfección; no escribe de un plumazo. Son más bien ideas sueltas, sin forma, que aparecen de repente. Ideas que se le pegan. En el caso de los escritores, especialmente, la perfección siempre es obsesiva.

Asimismo, uno de los estados obsesionantes es el denominado de los fóbicos. El vulgo les llama manías; hay quien no resiste la presencia de la sangre, otros son presa del vértigo y abundan los que tienen guerra declarada a los animales. Así como la pasada época de guerra hicieron surgir en toda persona preocupaciones y favoreció la comisión de equivocaciones en la lectura más que ningún otro fallido. La mayoría de las fobias tienen su denominación científica.