La salud de “Pelusa”, bajo la lupa de expertos internacionales

El veterinario hindú Rinku Gohain vino a La Plata junto con otros profesionales para estudiar a la elefanta. Dijo haberla encontrado “de buen humor”, aunque advirtió que “no podemos predecir si sobrevivirá” a un eventual viaje a Brasil

En una conferencia de prensa realizada ayer en el Zoo de La Plata, el especialista en elefantes Rinku Gohain brindó detalles sobre el estado de salud de “Pelusa”. En un trabajo minucioso que llevará tiempo, el médico veterinario proveniente de la India realizará un diagnóstico certero que permitirá decidir la conveniencia o no del trasladado del animal al santuario de Brasil. 

Tal como anticipó este diario, Gohain tomó el primer contacto con “Pelusa” el pasado sábado. “Muestra señales de un elefante que está bien. Se encuentra de buen ánimo, aunque no puede expresarlo debido a su condición. Esperamos que pueda ser trasladada pronto a Brasil, para que pueda vivir una vida feliz”, deseó el experto.

En relación con los plazos que llevará la adaptación del animal para el eventual traslado, el especialista hindú explicó que “la transferencia de un elefante de un hábitat a otro es un proceso largo. Como un nene cuando empieza un nuevo colegio, no lo mandamos rápidamente sin adaptación. Al animal se le hace una preparación. Por ahora no podemos predecir si va a sobrevivir al viaje porque es un proceso diario, no podemos saber cuándo alguien nace o cuándo muere”.

En la conferencia también estuvieron presentes, además de autoridades locales, la representante de la fundación Franz Weber, Alejandra García y la directora de Bienestar del santuario de Brasil, Kat Blais.

Las condiciones de un posible traslado 

Descartando que la avanzada edad de la elefanta pueda perjudicar su adaptación en su posible nuevo hogar, la directora de Bienestar del santuario de Brasil, Kat Blais, explicó: 

“Así como tuvimos un elefante viejo que ni bien llegó pudo adecuarse a la situación, tuvimos otros más jóvenes que no han podido lograrlo. Así que no se basa en una cuestión de edad”. 

En torno a los pasos a seguir, Blais dijo que “la idea es tratar que la elefanta se ponga bien físicamente, que los cuidadores la acompañen durante el viaje para ofrecerle el cuidado y la atención que necesita y lentamente poder introducirla en este nuevo hábitat y ver cómo le va”. 

Como es sabido, desde 2014 “Pelusa” padece una infección en sus patas traseras denominada “pododermatitis crónica”. Esta afección que sufre es la mayor causa de muerte de los elefantes que viven en cautiverio. Con relación a este tema, la representante de la fundación Franz Weber, Alejandra García, explicó: “Los elefantes en cautiverio viven entre 40 y 50 años menos que aquellos que están libres. Esto quiere decir que son una especie que nunca ha logrado adaptarse a estar cautiva, por lo tanto no creo que la dificultad de Pelusa sea la adecuación al santuario, sino que sus problemas están causados por su falta de adaptación al cautiverio”.  

En tanto, Blais concluyó que “mantener a un elefante aislado es lo más cruel que se le puede hacer. Si consideramos que el animal está apto para trasladarse, y sus cuidadores están de acuerdo, se va a correr el riesgo del traslado porque el resultado final sería mucho mejor que tenerla a Pelusa sola acá”. 

El informe de la UNLP

En un pormenorizado informe y luego de aclarar que no cuenta con profesionales expertos en elefantes, la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata advierte que “Pelusa muestra algunos días buenos en su respuesta a estímulos y otros no tan buenos. Tampoco observamos una mejora en su masa muscular ni una mejora notable en sus valores hematólogicos”.

Si bien se menciona que “desde el punto de vista médico se está haciendo todo lo indicado”, se alerta que “la evolución de la enfermedad no es la esperada. Dentro de las recomendaciones para este proceso patológico se incluyen largas caminatas diarias, indicación que no se puede llevar adelante en el lugar donde se encuentra actualmente”, por lo que se recomienda “mejorar la condición medio ambiental y la sociabilización con individuos de su especie”.

“Si bien la posibilidad del traslado de Pelusa a un santuario en Brasil sería el ideal para el bienestar del animal, esta posibilidad debería ser evaluada por los especialistas”, sostiene el texto. 

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