La soledad de los ancianos: entre el foco de la pandemia y el olvido

Hoy se conmemora el Día de la Ancianidad, debido a que el 28 de agosto de 1948, Eva Perón proclamó los derechos de los adultos mayores, que se incluirían en la Reforma Constitucional de 1949. Asistencia, vivienda, alimentación, vestido, cuidado de la salud física, cuidado de la salud moral, esparcimiento, trabajo, tranquilidad y respeto. Todas estas garantías formaron parte del decálogo que se incorporó a la legislación del país.

En un contexto de gran adversidad para este sector de la población, a causa de la pandemia de coronavirus, los especialistas en gerontología apuntan al acompañamiento responsable, para la salud psicosocial de los ancianos.

“Hay que aprender a convivir con el virus, esto no significa saludar y abrazar. Lo que tenemos que hacer es desafiar al miedo, con toda la responsabilidad del mundo. No hay nada más positivo que una salida al aire libre. Un joven y un viejo se pueden encontrar, con sus barbijos y máscaras; pueden caminar en paralelo, a un metro y medio de distancia, y conversar de la vida, sin ningún tipo de inconveniente”, afirmó a diario Hoy el defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino.

La soledad es la otra pandemia que hoy afrontan las personas mayores del país y del mundo. Desde la prohibición de los ingresos de familiares y allegados a las residencias, como parte de la prevención de la Covid-19, perdieron el contacto con sus seres queridos. Hasta el momento, no hay una política estatal que revierta la situación.

Sin embargo, Semino contó: “Estamos avanzando sobre un diseño muy simple de cabinas para conversatorio en los geriátricos. Son de muy bajo costo, de acrílico, con extensiones de brazos herméticas, de ambos lados, para que se puedan dar abrazos. Además, lleva un sistema de micrófonos para entablar una charla, sin riesgos”.

Ingresos bajos, coberturas médicas deficientes y exceso en el consumo de noticias son solo algunos de los factores que inciden negativamente en la calidad de vida de este grupo etario. “El adulto mayor se adaptó rápidamente a las normas, ya que tiene conciencia de lo que es una pandemia, porque no es esta la primera que afronta. En su niñez, la gran mayoría, vivenció la poliomielitis”, recordó el defensor de la Tercera Edad.

En consecuencia, Semino, recalcó la importancia de no subestimarlos y de generar políticas estatales que los aborden de manera integral, contemplando la salud física y psicosocial. “Vivimos en una sociedad con gerascofobia, con miedo a envejecer”, lamentó el director de Gerontovida.