Las casas en las que vivió Diego se convirtieron en santuarios

Tras la triste noticia, muchos fanáticos se acercaron a las propiedades que ocupó el ídolo a lo largo de su vida, para dejar recuerdos en altares que crearon en su honor.

Luego de conocida la triste noticia de la muerte de Diego Maradona, muchos fanáticos comenzaron a acercarse a algunas de las casas en las que vivió el ídolo durante su estadía en Buenos Aires.

Uno de los lugares que empezó a ser visitado rápidamente es el mítico edificio ubicado en la esquina de La Habana y Segurola, en el barrio porteño de Villa Devoto, donde entre cosas Maradona invitó a pelear al “Huevo” Julio César Toresani luego de un duelo verbal que ambos mantuvieron durante un partido entre Boca y Colón por el campeonato local en 1997.

Los primeros hinchas que llegaron comenzaron a improvisar un altar en la entrada de la torre en donde vivió el exc apitán de la Selección, Boca y el Napoli de Italia, entre otros equipos en los que brilló.

Durante su visita al célebre edificio,los seguidores del 10 también dejaron flores, mensajes y camisetas alusivas al considerado por muchos como el mejor futbolista de la historia, incluso por encima de otras figuras como Pelé, Alfredo di Stéfano y Johan Cruyff.

Otro de los lugares que comenzaron a recibir visitas de hinchas fue la casa de la calle Cantilo, ubicada también en Villa Devoto. Esta vivienda fue regalada por Maradona a sus padres, y allí la figura del equipo argentino campeón en el Mundial de México ‘86 se reunió muchas veces con sus hijos Diego Jr. y Dieguito Fernando y también compartió fiestas de fin de año con su familia.

Diego Armando Maradona murió este miércoles 25 de noviembre a los 60 años tras sufrir un paro cardiorrespiratorio en la casa que habitaba en la localidad de Tigre desde que fue dado de alta tras su última operación, el martes 3 de noviembre.

El viernes 30 de octubre Diego Maradona cumplió 60 años. El mundo celebraba la Navidad Maradoneana desde el primer minuto del día, con saludos y homenajes que se extendieron durante toda la jornada que coincidía con el reinicio del torneo argentino tras más de siete meses de pausa por la pandemia.

Pero el Diez mostró una imagen impactante: un muy mal estado de salud que apenas le permitió estar un puñado de minutos en el campo de juego donde Gimnasia hacía su presentación y con la permanente asistencia de sus colaboradores antes de retirarse a su domicilio y, más tarde, ser internado en una clínica de La Plata.

Luego vino la internación en una clínica de Olivos, la cirugía y el alta. Fue trasladado al barrio San Andrés del complejo privado Villanueva, de Tigre, con el fin de recuperarse de la intervención y un proceso de abstinencia.

En esa casa residió durante dos semanas hasta este 25 de noviembre, que será recordado por todos los hinchas del fútbol a nivel mundial como uno de los días más tristes de la historia.