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Los envenenamientos masivos ponen en peligro al cóndor andino

Se trata de una de las especies fundamentales para el control de plagas y virus. Sin embargo, estos símbolos de la fauna americana deben luchar por sobrevivir, año tras año, al accionar de los seres humanos.

Cuatro años atrás, en la provincia de Mendoza, 34 ejemplares del cóndor andino murieron tras haberse alimentado de una carroña que había sido envenenada deliberadamente con el fin de poner un freno a la depredación de ganado.

Recientemente, en el Sur de Bolivia, una población de cóndores fue víctima de una práctica similar. Esta serie de eventos ocurridos en la región andina, sumado al hecho de que solo quedan 6.700 ejemplares en todo el mundo, obligaron a incluir al cóndor dentro de la lista de especies vulnerables a nivel mundial.

Para hacer frente a este panorama, investigadores de países con distribución territorial de estas aves rapaces, publicaron una nota en la revista internacional Science. El artículo relata las principales prácticas que amenazan la conservación de la especie como la intoxicación por plomo, la captura ilegal y los disparos de armas de fuego.

En la región cordillerana argentina, 114 cóndores perdieron la vida como consecuencia de la ingesta de cebos tóxicos, que además de matar diferentes tipos de especies carroñeras, contaminan el suelo y ponen en peligro todas las formas de vida.

En este sentido, Rayén Estrada Pacheco, becaria doctoral de Conicet, explicó: “Hicimos encuestas en distintas localidades ganaderas de siete provincias donde se distribuye el cóndor, para estudiar los conflictos entre la ganadería y la fauna silvestre, ya que es a partir de estos conflictos que se emplean los cebos tóxicos”.

“A partir de lo que fuimos aprendiendo sobre esta problemática, estamos elaborando un mapa de riesgo de envenenamiento por cebos tóxicos que nos permitirá orientar futuras estrategias de conservación en Argentina”, agregó la especialista.

Teniendo en cuenta que este veneno se justifica bajo la premisa de evitar la depredación del ganado por parte de estas aves rapaces, profesionales del Grupo de Investigaciones en Biología de la Conservación (GrInBiC), perteneciente al Inibioma-Conicet y la Universidad Nacional del Comahue, observaron por más de 300 horas el comportamiento de los cóndores en campos con miles de animales.

“Lo que vimos es que el impacto es muy bajo. Representa el 1% de la producción ganadera y alrededor del 4% de las pariciones”, señaló a este multimedio Sergio Lambertucci, director del GrInBiC.

“Observamos el nacimiento de 150 corderos. De ese total, solamente seis murieron por efecto de estas aves rapaces. Pero esos seis no se pudieron parar bien, la gran mayoría hubiera muerto igualmente. Hay que tener en cuenta que el momento de nacimiento es el de mayor mortalidad, porque nacen débiles, malformados o con algún problema patógeno”, agregó Lambertucci.

Además, el cóndor cumple un rol fundamental en la “limpieza del medio ambiente”, ya que pueden controlar diferentes agentes biológicos. “Estas aves pueden exponerse a patógenos que podrían ser muy nocivos para el ser humano”, señala el director del GrInBiC.

“Este es un punto importante, ya que solo con comerse un animal muerto están quitándole hábitat a patógenos que podrían estar creciendo en ese lugar. Si no estuvieran estas aves, esa carroña puede llegar a durar días, lo que aumenta la probabilidad de que se acerquen otros animales que sí pueden transmitir enfermedades, como los perros asilvestrados.

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