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Los grandes lagos se vienen reduciendo desde los años 90

Un nuevo estudio sugiere que más de la mitad de los grandes lagos y reservorios hídricos del planeta vienen achicándose desde hace casi 30 años.

Los lagos cubren el 3% de la tierra y cumplen una función clave en el abastecimiento de agua y alimentos, entre otras cosas. Se estima que almacenan el 87% del agua fresca de todo el planeta y por eso son fundamentales para la vida y el equilibrio de los ecosistemas. Sin embargo, un estudio publicado esta semana en Science advierte que, más de la mitad de ellos, vienen secándose desde principios de los 90.

La investigación dirigida por el especialista en hidrología de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), Fangfang Yao, concluyó que el 53% de los lagos analizados muestran una retracción sostenida en la cantidad de agua desde 1992 a 2020. Para llegar a este resultado evaluaron los 1972 lagos más grandes del mundo con mediciones satelitales combinadas con modelos climáticos e hidrológicos.

El equipo de científicos estimó que algunas de las fuentes de agua dulce más importantes del mundo, como el lago Titicaca o el mar Caspio, perdieron agua a una tasa acumulativa de alrededor de 22 gigatoneladas por año durante casi tres décadas. Esto equivaldría a perder una cantidad de agua similar a 220 veces la que tiene la laguna Mar Chiquita de Córdoba por año. Estas cifras sugieren que la sequía es más grave de lo que se pensaba.

De acuerdo al análisis publicado el jueves de esta semana, la sequía de los grandes lagos y reservorios hídricos del mundo tiene dos razones: el consumo humano y el calentamiento global. Sin embargo, este último explicaría la mayor parte del problema.

“Muchas de las huellas humanas y del cambio climático en las pérdidas de agua de los lagos eran desconocidas previamente”, dijo Yao ante la CNN y ejemplificó: “Como las desecaciones del lago Good-e-Zareh en Afganistán y el lago Mar Chiquita en Argentina”.

El editor de la revista Science, H. Jesse Smith, añadió que los hallazgos muestran “la importancia de una mejor gestión del agua para proteger los servicios ecosistémicos esenciales, como el almacenamiento de agua dulce, el suministro de alimentos, el hábitat de las aves acuáticas, el ciclo de los contaminantes y nutrientes, y la recreación”.

“Esto no debería pasarse por alto”, sentenció Yao.

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