Narciso Ibañez Menta, un actor que buscó inspiración en La Plata

Su talento interpretativo otorgó una indiscutible jerarquía a sus trabajos, pero además de su versatilidad escénica, dominaba otra forma de magia: el maquillaje. Destacó lo que en la jerga teatral se conoce como 'imponer tipos', es decir, disfrazar y transformar su propia fisonomía, creando un personaje con su propia apariencia y desdibujando la del intérprete. Si la cara es el espejo del alma, cada personaje tiene su propia representación facial, a menudo opuesta a la del actor o actriz. Ibañez Menta afirmaba: 'Antes que nada, hay que tener el alma impregnada de esa vida. Es necesario estudiarla, identificarse con ella'.

Crear un personaje es dotarlo de una psicología, alcanzar una íntima comunión espiritual con ese ser moldeado en la imaginación de un autor. Cuando Ibañez Menta interpretó en la ficción a Almafuerte, viajó con frecuencia a nuestra ciudad para estudiar el entorno en el que vivía, recolectando toda la información personal disponible que no podía encontrar en los relatos biográficos. Así, paso a paso, pudo asumir espiritualmente el rol de ese poeta, símbolo de nuestra ciudad, que interpretó de manera magistral en la película de Luis Cesar Amadori estrenada en 1949.