Otro libro de cuentos al corazón del platense Alberto Valera

Con la sencillez de un hombre de barrio, de quien vivió las mil y una, y que a la vuelta de la vida se pone en un papel a sensiblarnos. Con su nueva producción titulada “Que el mañana no sea hoy”, el escritor ha presentado uno más (y van) ante una treintena de amigos, y un espectáculo musical. Luego, su obsequio desinteresado para con la muchachada de diario Hoy. Antes de transcribir algunos de los cuentos y micro cuentitos de Valera, nos queda felicitarlo por su empuje, y por esa compañera fiel que supo conquistar.

“Me acuerdo del San Miguel, y una avispa que hizo su panal, y lo mirábamos. Matemáticas y papel. Sin lápiz cuatro días. Pero no fue culpa de mamá sino que el entorno no ayudaba. Quizás papá nuevamente a prisión. Y ella, hija única y sin hermanos.

“Saltar todos en la cama y el accidente. Verme el hueso. Se rompió la dirección del taxi yendo al Hospital de Niños, frente a la Catedral. Mamá buscando otro, y el taxista maldiciendo por su auto”.

“De tanto saltar todos arriba de la cama de nuestros padres, romperla cada dos por tres. Y papá sosteniéndola con libros”.

“Los asaltos, el Winco, y luego los malones. Los primeros discos, y buscar los sábados las fiestas de 15 por las calles. Alquilarnos en una de ellas smoking. Me da risa y un poco de vergüenza ahora. Que tonto. Ceci tirándose de arriba a la pileta helada. Caminar sin la chapita, porque nos colábamos, y entrábamos por el costado”.

“El Jockey Club de Punta Lara. Las muchachas sonriendo bajo el agua. Los partidos de truco y “malagüeña salerosa”. Papá no lograba evitar ponerse triste cuando me hablaba de su hermano Alberto, que murió joven, víctima de una enfermedad que hoy se cura”.

“Cuando estaba prohibido mencionar a Perón, en la cancha de Gimnasia se cantaba la ‘marchita’. Hasta los canas la cantaban, por eso, mi suegro se hizo de Gimnasia”.

“Robarle el coche al viejo y salir con los amigos a dar vueltas por el parque Saavedra. Y la 19 recién asfaltada… ¡Qué aventura! Y las puteadas del viejo a la mañana siguiente porque le gasté medio tanque”.

Para quienes deseen tener un ejemplar, deben dirigirse a su domicilio de calle 25 nº 8 entre 32 y 33.