Proponen prohibir la pirotecnia durante las fiestas
“Apenas el 10% de los 135 municipios de la Provincia de Buenos Aires cuenta con normas que prohíban la pirotecnia, para el bienestar de personas y animales”, advirtió la Defensoría del Pueblo bonaerense. Por eso, el organismo hará llegar a todas las comunas provinciales un modelo de ordenanza para prohibir el uso de estos explosivos en Navidad y Año Nuevo.
“Es necesaria una ley provincial que apunte a avanzar y establecer la prohibición de la fabricación, comercialización, almacenamiento, transporte, distribución y uso de artículos de pirotecnia”, reclamó el defensor del Pueblo, Guido Lorenzino. En este sentido, una encuesta hecha por el área de la Defensoría a cargo de Walter Martello reportó que el 57% de los consultados cree que la pirotecnia debería estar prohibida.
Para la Defensoría del Pueblo, la prohibición es la respuesta directa a los problemas que sufren las personas por el uso de estos explosivos, ya que tienen que ser atendidas en los hospitales por heridas, quemaduras y diversas lesiones.
Un flagelo para los animales
Ante la inminencia de las fiestas, el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires también apuntó sobre la urgencia de regular el uso de la pirotecnia. Luego de advertir los riesgos que implica para las personas, los veterinarios hicieron hincapié en el “flagelo” que padecen los animales.
“Al poseer un oído más sensible al ruido, cada año son muchos los animales que desaparecen de sus casas asustados por el estruendo y el pánico. Algunos se pierden, otros son atropellados y en muchos casos ponen en riesgo a las personas que conducen, ya que pueden producir accidentes, y también a las que transitan por la calle, quienes pueden ser atacados por uno de ellos”, alertaron los especialistas.
Según precisaron, entre otros múltiples síntomas, “los estallidos de pólvora afectan al sistema nervioso de las mascotas, generando cuadros de estrés e inestabilidad emocional”. Entre las recomendaciones, desde el Colegio se sugirió que, ante cualquier alteración en el estado de un animal, se evite administrar sedantes sin antes consultar a un veterinario.
Taquicardia, jadeos, dificultad para respirar, hipersalivación, temblores, náuseas son los síntomas que sufren. También les afecta los tímpanos y el fuerte estruendo les provoca una reacción de desconcierto, aturdimiento, miedo, angustia y pérdida de la orientación.