Proyecto Génesis: lanzan un ambicioso plan para llevar vida a otros planetas

Científicos pretenden enviar naves a astros deshabitados para implantar organismos unicelulares y “saltearse” 500 millones de años de evolución

Claudius Gros, físico teórico de la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt, Alemania, plantea la posibilidad de trasplantar vida a otros planetas en un ensayo que se publicará en Astrophysics and Space Science esta semana. 

En los últimos años, se han hallado e identificado masivamente exoplanetas de muy diferentes tipos. “Es seguro que vamos a descubrir un gran número de cuerpos celestes que son habitables de forma intermitente pero no de forma permanente. La vida, de hecho, debería ser posible en esos planetas, pero no tendría tiempo para crecer y desarrollarse independientemente”, dice Gros. En este contexto su grupo de trabajo ha investigado si sería posible dar vida a los planetas con habitabilidad transitoria.     

Desde un punto de vista técnico, la misión Génesis se podría lograr en unas pocas décadas con la ayuda de micronaves interestelares no tripuladas que podrían ser aceleradas y frenadas de forma pasiva. A su llegada, un laboratorio genético automatizado a bordo de la sonda sintetizaría una selección de organismos unicelulares con el objetivo de establecer una ecosfera de organismos unicelulares en el planeta de destino. 

Esta ecosfera podría desarrollarse de manera autónoma y posteriormente dar lugar a formas de vida complejas. “De esta manera, podríamos saltar los 4.000 millones de años que la Tierra necesitó para alcanzar el estado precámbrico, a partir del cual el mundo animal se desarrolló hace unos 500 millones de años”, explica Gros. Con el fin de no poner en peligro la vida que ya pudiera estar presente, las sondas Génesis serían destinadas solamente a planetas deshabitados, explica en un comunicado.

La duración real de la misión es irrelevante para el proyecto, ya que las escalas de tiempo para el desarrollo geoevolutivo del planeta de destino oscilan entre unas pocas decenas de millones y cien millones de años. “El proyecto Génesis nos permitiría devolver algo a la vida y eso es lo importante”, dice Gros. 

Envían misión especial para estudiar el temido asteroide Bennu

La NASA ultima los preparativos para lanzar la nave Osiris-Rex con la misión de visitar el asteroide Bennu y confirmar si podría impactar con la Tierra. El despegue de la misión está programado para el 8 de septiembre a las 23.05 GMT a bordo de un cohete Atlas V, desde Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos. 

La nave Osiris-Rex (nombre dado por las siglas en inglés de “Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Fuentes y Explorador de Riesgos en Seguridad”) tiene previsto un crucero aproximado de dos años para llegar a Bennu en 2018. A su llegada, pasará otros dos años realizando operaciones de reconocimiento de la superficie antes de realizar una maniobra de toma de muestras en 2020. Los 60 gramos recogidos llegarán a la Tierra en 2023. 

Los científicos esperan que Bennu contenga pistas sobre el origen del Sistema Solar, la fuente del agua y las moléculas orgánicas que puedan haber hecho su camino a la Tierra. También se tiene en cuenta que este asteroide presenta incertidumbres sobre su trayectoria, que deja abierta una gran posibilidad de impacto contra la Tierra a finales del siglo XXII. La misión permitirá evacuar dudas con relación al riesgo de colisión.

Juno genera asombro mundial por sus primeras imágenes de Júpiter

La Nasa publicó ayer imágenes inéditas del planeta Júpiter tomadas durante un primer sobrevuelo cercano al planeta gaseoso gigante. Este rastreo revela fenómenos nunca antes observados, el principal de ellos: las auroras boreales en el polo sur.

Juno, la nave de 3,6 toneladas enviada por la agencia aeroespacial, pasó por el punto más cercano a Júpiter el 27 de agosto, a solamente 4.200 km por encima de su altura atmosférica. Las imágenes de alta resolución fueron tomadas por una cámara llamada “JunoCam”, uno de los nueve instrumentos que lleva la máquina a bordo. 

“Las primeras imágenes del polo norte de Júpiter parecen ser completamente diferentes de lo que hemos visto o imaginado antes”, explicó Scott Bolton del Southwest Research Institute en San Antonio, Texas, principal científico de la misión Juno. “Es muy difícil reconocer a Júpiter en estas fotos ya que se aleja de todo lo que habíamos dado por seguro con respecto al gigante. En su superficie se producen auroras 

boreales masivas y ultraluminosas, un verdadero espectáculo intergaláctico de luz y color”, manifestó. 

Otro instrumento de Juno pudo registrar sonidos de Júpiter. Estas emisiones de radio son conocidas desde la década de 1950, pero nunca antes habían sido analizadas desde tan cerca. “Júpiter nos habla de una manera que solo los planetas gaseosos gigantes pueden hacerlo”, subrayó Bill Kurth, de la Universidad de Iowa, otro de los científicos de la misión.

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