“Sirve para que el paciente mejore lo físico, lo mental y lo espiritual”

En el marco del Día Internacional del Reiki, diario Hoy dialogó con la tarotista y numeróloga Vanesa Vodo.

Este lunes, como todos los 15 de agosto, se celebra el Día Internacional del Reiki. En este sentido, diario Hoy dialogó con Vanesa Vodo, tarotista y numeróloga que realiza distintas terapias. Explicó que esta práctica se trata de “una terapia alternativa”, que consiste en transmitir energía (eso significaría reiki) para mejorar el cuerpo. También comentó que se trabaja sobre las dolencias y los chakras. El reiki serviría para liberar las emociones reprimidas.

La especialista, quien se desempeña en Tarot el Tercer Ojo (@tarot_eltercerojov), señaló también que “el reiki sirve para que el paciente mejore lo físico, lo mental y lo espiritual”, y especificó qué se puede experimentar en una sesión. Cabe destacar que esta disciplina no reemplaza a un tratamiento médico.

—¿Qué es el reiki?

—El reiki es energía, ésa es la palabra clave, es transmitir energía para nivelar su cuerpo. Lo que hace es liberar emociones reprimidas que podemos tener de nuestro pasado, que hay que sanarlo y sacarlo y hace que uno libere eso que tiene. Es algo para el cuerpo, para tratar de estar tranquilos y liberar esas angustias.

—¿Cuáles son los beneficios del reiki para el paciente?

—Todas las personas tenemos siete chakras, no es uno más importante que el otro, sino que son todos iguales. Uno lo que trata con la energía es de nivelar los chakras. Es un método de relajación, de poder estar y sentirse mejor. Sirve para eso, para que el paciente mejore lo físico, lo mental y lo espiritual.

—¿Qué son los chakras?

—Son puertas de entrada que están ubicadas en distintas partes del cuerpo, que absorben la energía y la mandan a esos diferentes lugares; son puertas de entrada donde uno lleva la energía y va sanando las regiones del cuerpo. Tenés el chakra corona, que se encuentra en la base de la cabeza; el chakra del tercer ojo, en la frente; el chakra garganta; el chakra corazón; el chakra plexo, que es en el pecho; el sacro, en la zona del bajo vientre, y el chacra raíz, que es en la parte sexual de la persona.

—¿Qué se experimenta durante una sesión de reiki?

—Cada persona es distinta; experimenta relajación, intenta sanar cosas que duelen, tanto en lo emocional como en lo físico. Cada persona lo siente diferente. En mi caso, yo sentí mucha paz, mucha tranquilidad. Cuando uno está muy nervioso, (el reiki) ayuda a bajar, como se dice, “20 cambios” y tratás de ver la vida desde otro ángulo.

—¿Cuántas sesiones necesita el paciente?

—Es según como esté cada uno, pero se sugiere hacer tres sesiones consecutivas (una vez por semana), y después hacerlo cada mes y medio, o dos meses, según la persona. Uno va viendo cómo está el paciente. Si a uno le hace bien venir, cada sesión tarda una hora aproximadamente y se va renovado y sintiéndose un poco mejor. Es una terapia alternativa, es como ir al psicólogo, acá venís a relajarte; podés contar qué te anda pasando, entonces uno prepara al paciente y trabaja más sobre distintos chakras. Se pone atención en lo que el paciente padece, por ejemplo si te dice “mirá, tengo dolor de rodilla” o “me duele la cabeza” o “tengo un problema familiar”, etcétera.

—¿Qué se necesita para practicar la disciplina y para recibirla?

—Para practicar debés estudiar: hay cuatro niveles de reiki. Para practicarlo es aprender, concentrarse en lo que es la energía. Para recibirlo necesitás creer en estas cuestiones de que nosotros somos energías y que necesitamos siempre de alguna terapia alternativa para tener una mejor calidad de vida.

—¿Puede ocurrir que no funcione el reiki en un paciente?

—Sí, puede pasar que no funcione porque no pone de sí, porque quiere estar mirando lo que uno está haciendo. Lo que se hace es nivelar, sin tocar el cuerpo y con las energías de las manos; uno le va diciendo cosas para que piense en eso y se relaje o pasamos energía. Si no se concentra en lo que uno le dice, puede pasar que no le sirva porque quiere saber qué hace uno. Irradiamos energía y si uno se concentra y busca el bienestar de la otra persona funciona, pero si la persona no cree, no le va a funcionar.

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