Soldadores voluntarios trabajaron a sol y sombra para terminar de alistar el Sophie Siem

La desaparición del ARA “San Juan” ha despertado un gran sentimiento de solidaridad entre los argentinos y también por parte de otras naciones. Una de las postales más significativas del día de ayer sin duda fue la de los más de 50 soldadores y amoladores voluntarios que trabajaron a contra reloj en Comodoro Rivadavia sobre el buque Sophie Siem para terminar de montar la estructura que portará el minisubmarino, cumpliendo turnos de hasta doce horas, con las heladas típicas de la noche y la madrugada.

“Lo importante es no perder la fe y que los muchachos (por los submarinistas) vuelvan vivos a tierra”, coincidieron los trabajadores que se empeñaban en terminar a tiempo pese a las malas condiciones climáticas.

Además del minisubmarino, el Sophie transportará robots dirigidos de manera remota y cámaras hiperbáricas para una evacuación bajo el agua. 

El buque partió de Comodoro Rivadavia anoche hacia la zona de rastrillaje que comprende profundidades de los 200 a los 100 kilómetros.

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