Solo uno de cada tres adultos ingiere las dos porciones de lácteos diarias recomendadas

Los profesionales del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI) presentaron los resultados de un relevamiento denominado “Patrones de Consumo de Lácteos en la Población Argentina”, realizado en diversas ciudades del país -entre ellas Capital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero y Tucumán- y del cual participaron 1.137 personas.

Pocos alcanzan la dósis

De acuerdo con esta investigación, 2 de cada 3 argentinos adultos no consumen las porciones de calcio diarias recomendadas, razón por la cual los profesionales del mencionado centro instan a incrementar las porciones.

¿Cómo? fundamentalmente reforzando el desayuno y la merienda mediante la ingesta de leche, yogurt y quesos, que son los 3 lácteos con mayor contenido de calcio.

La importancia de contar con un estudio de estas características es grande porque nuestras Guías Alimentarias recomiendan consumir diariamente 2 porciones de lácteos (entre leche, yogur y quesos) para los adultos y 3 porciones para niños, adolescentes, mujeres embarazadas y en período de lactancia, y esta indicación no llega a cumplirse.

“Incrementar el consumo de lácteos ayuda a disminuir el riesgo de padecer enfermedades crónicas, favorece el crecimiento y desarrollo, contribuye al manejo de la hipertensión y baja la posibilidad de que se desarrollen problemas durante el embarazo. Si pensamos que un recién nacido tiene 25 gramos de calcio en su cuerpo, y que una mujer adulta posee 1 kg nos daremos cuenta que la diferencia es grande, y que para llegar a cubrirla es necesario hacer mucho, fundamentalmente porque con calcio o sin él los huesos crecen igual, entonces si no se consume la cantidad adecuada de este mineral, al cabo de los años tendremos huesos crecidos pero débiles”, expuso el doctor Esteban Carmuega, director del CESNI durante la presentación de los resultados del estudio. El especialista, en concordancia con la doctora Alicia Rovirosa, nutricionista dietista y bioquímica e investigadora del CESNI, también presente durante la presentación de los resultados, consignó que “si bien existen otras fuentes de calcio como ciertas verduras, semillas, frutos secos o bien pescados, la absorción en ellos -es decir la capacidad que tiene el organismo de ‘tomar’ el calcio- es menor que la que se obtiene con los lácteos”.