Ciencia

Starlink: un proyecto revolucionario que atenta contra la astronomía

Diario Hoy dialogó con Diego Bagú, astrónomo y director del Planetario de La Plata, quien planteó los aspectos positivos y negativos del “tren de satélites” de SpaceX, que llevará internet de alta velocidad a los sectores más remotos del planeta.

El domingo por la noche, los ciudadanos platenses pudieron apreciar por unos minutos el espectáculo de luces brindado por el “tren de satélites” de la compañía SpaceX, que buscará llevar internet de alta velocidad a los sectores más remotos del planeta.
Si el clima lo permite, las unidades de la red Starlink volverán a estar a la vista hoy a las 20.50, durante seis minutos, según informó el sitio findstarlink.com.

De cualquier manera, cabe destacar que, si bien se trata de uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos años, el lanzamiento de estos satélites al espacio despertó gran controversia dentro de la comunidad astronómica.

En diálogo con diario Hoy, Diego Bagú, astrónomo y director del Planetario de La Plata, planteó los aspectos positivos y negativos de un servicio que podría llegar a Argentina y que ya asiste a más de 10.000 usuarios.

—¿Cuál es tu opinión sobre la red Starlink?

—Cuando uno opina, pero tiene que ponerse en el lugar de los demás; porque sería muy fácil no priorizar la conectividad ajena estando en mi casa, en mi escritorio y con internet de varias decenas de megas. Esto tiene aristas positivas y negativas. El lado bueno es que, si sale bien, va a permitir llevar conectividad e internet a través de satélites a cualquier persona, en cualquier lugar del mundo.
En ese sentido tiene un impacto muy grande y creo que por ese impacto social, sumado a la cantidad de dinero que implica, es un camino de ida.

—¿Y el lado negativo?

—Ese tren de satélites que hoy vemos impacta, porque uno no está acostumbrado a ver un tren de luces en el cielo. La primera vez que lo vi, por más que me imaginaba como podía ser, quedé muy impactado, para bien y para mal.

Si bien es bueno tener cada vez más desarrollo científico-tecnológico, después hay que ver cómo se aplica.

Esos son 60 satélites. Imaginemos que haya 12.000 solamente de SpaceX. Luego van a venir otras empresas de otros países. En cinco años, no mucho más que eso, vamos a ver el cielo y va a ser como una autopista. Y eso va a afectar notablemente la observación astronómica en cuanto a, por ejemplo, la toma de imágenes.

No solo está la figura romántica de decir “No vamos a poder ver más el cielo”. Acá están en juego numerosos consorcios de ciencia y tecnología que aportan miles de millones de dólares para observar el cielo.

—¿Se puede poner un freno a esta situación?

—¿Le pusimos freno a las armas nucleares, a la radiación o a la contaminación de los océanos? Si no pudimos detener eso, ¿le vamos a poner freno a satélites que brindan internet, porque rayan las fotografías astronómicas? Hay mucho dinero en juego y, cuando hay intereses económicos, la ciencia y la tecnología pasan a un segundo plano.
Obviamente hay interés por parte de la comunidad astronómica de resolver esto. Hubo y hay reuniones, incluso congresos y simposios. Los representantes legales de SpaceX ya estuvieron reunidos con los grandes consorcios de astronomía, pero siguen lanzando satélites. Me da la sensación de que es un caso cerrado.

—¿Se trabajó para reducir el impacto sobre la imagen astronómica?

—Los intentos existen. En las reuniones preliminares, la gente de ciencia y tecnología de la empresa, junto con los consorcios, intentaron desarrollar una metodología técnica que permita, por ejemplo, mitigar el brillo de los satélites. Trataron primero con una pintura algo oscura en algunas partes del satélite y con una especie de parasol de auto, pero no dio mucho resultado. En el mejor de los casos, el brillo disminuyó un 50%, por lo tanto ese otro 50% sigue rayando la imagen astronómica. Digo raya porque es lo que queda en la imagen cuando un satélite pasa por delante del lente.

—¿Por qué es importante mantener esta capacidad de observar el cielo?

—Los avances científicos y tecnológicos más grandes que han existido han venido por el lado de la astronomía; y cuando uno investiga el espacio y desarrolla instrumentos para observar y analizar el cielo, se genera todo un avance que luego se refleja en productos, técnicas y metodologías de alto agregado. Por ejemplo, todo lo que es diagnóstico por imágenes en medicina nació de la mano del análisis de imágenes astronómicas.
No es casualidad que las grandes potencias inviertan muchísimo en investigación astronómica.
Luego hay un componente que para mi es insoslayable. Siempre nos hemos preguntado qué hay más allá, y eso es algo innato, es algo que no podemos ocultar. Desde mi punto de vista, la astronomía es la ciencia por excelencia en cuanto a esos cuestionamientos.

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