“Vengan a la agencia de la suerte”, dijo el comerciante que vendió el Quini millonario

Se trata de Carlos Beltramo, quien atiende la agencia de loterías de 7 y 524, donde se vendió el cartón cuyo dueño se hará acreedor de 142 millones de pesos.

Carlos Beltramo decidió apostar por el azar y las casas de juego hace mucho tiempo en La Plata. En la tranquilidad de Tolosa, en donde todavía muchos duermen la siesta y le escapan al claro en la tardes de verano para entretenerse con la quiniela, instaló un comercio en 7 y 524.

Se trata de una zona que creció con la fuerza de un álamo en los últimos 30 años, ya que en la década de 1990 la 7 era una calle oscura, de una sola mano, y ahora se modernizó y creció a la par de La Plata.

Esta esquina de la ciudad estaba marcada por el destino, que después de dos años de restricciones y sufrimiento por la pandemia, la inflación y la suba de precios, marcó el ingreso a la prosperidad de un vecino del lugar.

En la agencia de 7 y 524, en donde ayer había cientos de personas, curiosos o chismosos, hablando de todo lo que había ocurrido, se vendió el cartón ganador de la modalidad “segunda vuelta” del sorteo 3.041 del Quini 6. El mismo acumulaba más de 400 millones de pesos en premio.

Hacía un tiempo que no salía, el pozo se fue acumulando, y la expectativa de las personas iba en aumento. Todos, al fin de cuentas, le juegan una fichita al destino y al azar para intentar salvarse o simplemente obtener una mejor posición económica para encarar el resto de la vida. Esto ocurrirá con este apostador tolosano, que embolsará el valor aproximado a un poco menos de un millón de dólares, si se toma como referencia el valor oficial del billete norteamericano en nuestro país.

El dueño de la agencia, Carlos Beltramo, se permite disfrutar de este momento desde el anonimato. El temor a ser víctima de la delincuencia por llevarse un pequeño porcentaje de ganancia, por haber vendido el cartón ganador, lo llevan a no exponerse ante las cámaras.

Sin embargo, al ser entrevistado por la Red 92 y el diario Hoy, este vecino confesó: “Escuché por la radio que se había vendido el premio acá en Tolosa. Cuando abrí el negocio me llegó el comunicado de que el cartón ganador se había ganado en este lugar”, explicó Beltramo, quien se encarga de abrir el local, supervisar que todo esté en orden y luego delega la responsabilidad en los empleados.

“En el comercio trabajo yo haciendo un turno chiquito a la mañana. Después está Lili en la parte de cobros, y Fabio que está a la tarde”, comentó Beltramo.

Este comerciante comenzó en el rubro en el año 1981, cuando a rara excepción, las calles de Tolosa eran de tierra o calcáreo y había zanjas en lugar de cloacas.

“Ya me siento todo un jubilado en este rubro. Hace más de 40 años que estamos con esto”, expresó el dueño del local de 7 y 524.

Si bien Beltramo reconoce a los clientes que suelen visitar su negocio en la esquina que está sobre la mano de la 7 que marca la dirección del tránsito de Tolosa hacia Ringuelet, el dueño de la “agencia de la suerte” reconoció que prefieren mantener todo con bajo perfil, para evitar que se difunda la cara del ganador y que la misma sea carne de cañón de potenciales ladrones.

El afortunado (por ahora anónimo), que compró el cartón en la agencia del comerciante ganador de 7 y 524, acertó la jugada número 3.041 en la modalidad segunda vuelta con los números 00, 12, 14, 37, 38 y 41.

Si bien el premio establecido supera los 142 millones de pesos, entre la reducción por carga impositiva más el porcentaje que se llevará el dueño de la agencia cobrará un poco menos de esa cifra, que de todas maneras no deja de ser considerable.

En la charla exclusiva con este multimedio, el dueño del local reconoció sentirse contento más por el cliente que por el dinero que podría percibir, ya que terminó ganando alguien que después de todo apostó a su agencia para jugar al Quini 6.

“Me pone contento por el cliente más que nada. Es lo que debe ser. No­sotros vendemos y hacemos las jugadas para que ellos ganen. Y cuando pasa es una alegría”, remarcó antes de cerrar la nota recordando que “ahora tienen que venir todos a la agencia de la suerte”, arengando entre risas en el local de la esquina de 7 y 524.

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