Villa Catella y barrio El Dique siguen sufriendo las secuelas a una semana del temporal

En la esquina de 38 y 123, los propios vecinos tuvieron que intervenir en las napas porque el agua no paraba de salir a la superficie y llegaron a inundarse.

A una semana de las fuertes tormentas que impactaron en distintas zonas de la región, los vecinos de Villa Catela y barrio El Dique de Ensenada siguen sufriendo las consecuencias de la falta de obras que permitan que drene el agua rápidamente en Ensenada.

Sobre la calle 38, en el cruce con 123, por ejemplo, una enorme pérdida de agua mantiene anegada parte de la calle por la cual muchas personas suelen transitar para dirigirse hacia la zona del barrio Hipódromo de La Plata.

Según explicaron a este diario, fueron los propios vecinos los que tuvieron que intervenir en el lugar con palas y martillos para intentar destapar las cañerías que colapsaron y que hicieron rebalsar las napas en esta esquina de Ensenada.

“Después vienen y te piden el voto…, pero acá fuimos los vecinos los que tuvimos que meternos para destapar lo que se tapó”, recalcó indignada Nancy, una de las comerciantes que se vio afectada por el agua que calló la semana pasada.

“En mi caso, llegó hasta los tobillos en mi casa. Pero todavía estoy pagando los muebles que compré hace un tiempo y cuando vimos que el agua empezó a subir y no bajaba tuvimos que subir con mi hijo un sofá arriba de otro mueble para que no se termine arruinando”, explicó en torno a la pesadilla que tuvieron que experimentar entre el jueves y el viernes de la semana pasada.

La calle 38 está en el límite entre Villa Catela y La Plata y en las cercanías del popular barrio El Dique, que también le pertenece a la vecina ciudad de Ensenada. En esa zona, en cambio, se venían realizando trabajos para limpiar algunas ramificaciones del Dique que tiene su caudal principal en 125, entre 48 y 50, y que en ocasiones suele desbordarse por falta de mantenimiento.

Por todo esto, en la zona suelen verse cuadrillas de empresas contratadas por la comuna ensenadense pasando con camionetas para trabajar, pero hasta el momento no les han asignado las tareas de reparación de las veredas ni el mantenimiento de las napas.

“Ni siquiera desde ABSA vienen a arreglar las napas y tenemos que ser nosotros los que terminamos destapando para evitar que el agua nos entre a las casas”, explicó la vecina.

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