A 100 días de la primera víctima, Brasil tiene más de 52.000 muertes

El país tiene un promedio de 528 muertes diarias.

Al cumplirse los 100 primeros días de que se decretara la primera víctima como consecuencia de la pandemia, Brasil llegó ayer a las 52.951 muertes por coronavirus y es el segundo país con más decesos y casos confirmados de la enfermedad en el mundo después de Estados Unidos.

Las cifras indican que Brasil tiene un promedio de 528 muertes diarias. El primer fallecimiento fue un hombre de 62 años, el 16 de marzo pasado, que había ingresado al hospital Sancta Maggiore de la ciudad de San Pablo. La primera víctima, que era de esa ciudad y padecía diabetes e hipertensión, se habría contagiado por un familiar que había viajado a Italia.
Por cómo se vienen desarrollando las estadísticas, todo indica que las pérdidas humanas pueden seguir creciendo, ya que Brasil aún no ha llegado al pico de la curva de contagios, que está prevista para julio.

En los últimos 100 días, el país vecino ha tenido tres ministros de Salud, ya que Luiz Henrique Mandetta fue destituido por las graves diferencias con el presidente Jair Bolsonaro en el manejo de la pandemia, y su sucesor, Nelson Teich, renunció el 15 de junio por el mismo motivo. Desde ese momento, el cargo es ejercido por el general del Ejército Eduardo Pazuello, sin experiencia en el área.

Pese al aumento de contagios y muertes, la mayoría de los gobiernos regionales y municipales iniciaron desde comienzos de junio una moderación de las medidas para contener el virus.
Los datos oficiales indican que Brasil tiene 1,15 millones de contagios, pero el número real puede ser hasta diez veces mayor, según algunos estudios.

En este tiempo, Brasil posee poco menos de la mitad de las muertes de Estados Unidos (123.590) y se consolidó en el segundo lugar de la lista de países con más muertes, muy lejos de Reino Unido (43.081), Italia (34.675), Francia (29.731) y España (28.327).

Estos números no parecen llamar la atención del ultraderechista a cargo del poder, que continúa con su discurso anticuarentena. El mandatario fue obligado, por decisión de un juez de la ciudad de Brasilia, a tener que usar barbijo en los lugares públicos de la capital, y en caso contrario recibirá una multa de 2.000 reales diarios. El fallo contra el jefe de Estado también se extiende a los servidores y empleados públicos.

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