Cataluña y la Cumbre Iberoamericana, síntomas de la decadencia de España

Mientras comienza la campaña para las elecciones independentistas de la región, que gana apoyo por el ajuste, varios países plantarían al rey en Cádiz. Una “potencia” que pierde peso.

España supo ser la meca de miles y millones de desocupados latinoamericanos, que veían en la opulencia madrileña la llegada al primer mundo. Hoy, esa imagen se derrumba al calor de la crisis financiera, con una desocupación récord del 25% y sucesivas políticas de ajuste que recaen sobre las capas más bajas de la población pero, sobre todo, por la progresiva desintegración del estado de bienestar primero, y del estado central español, después. 

El símbolo más fuerte de su incapacidad para permanecer unida frente a la tormenta económica es Cataluña, que hoy comienza la campaña de cara a las elecciones del 25 de noviembre con el eje puesto en la independencia regional. 

Más de 5 millones de catalanes están llamados a votar la composición de un nuevo Parlamento regional por decisión del actual presidente nacionalista Artur Mas, quien busca una mayoría absoluta para liderar la creación de un Estado catalán independiente de España e integrado en la Unión Europea (UE). En este contexto, dos sondeos publicados ayer dan el triunfo a la formación liderada por Mas, Convergencia i Unió (CiU), aunque difieren en cuanto a si obtendrá mayoría absoluta o no.

Los comicios se precipitaron tras la multitudinaria manifestación separatista que tuvo lugar el pasado 11 de septiembre en Barcelona, y el posterior rechazo del presidente Rajoy a su proyecto de pacto fiscal, similar a la soberanía presupuestaria que tiene el País Vasco. No obstante, el líder nacionalista reconoció que una eventual exclusión de la UE, una hipótesis que defiende el Madrid y que fue avalada por Bruselas, obligará a la sociedad catalana a hacer una “reflexión final” sobre la “idoneidad” de la consulta, dijo el líder.

“Si llegáramos a la certeza de que Cataluña quedará fuera de la UE, habría que hacer una reflexión para ver si hacemos o no la consulta, pero yo sería partidario de hacerla en cualquier caso”, dijo Mas en los desayunos de Fórum Europa. “No se pueden hacer locuras, pero se debe tener la voluntad firme de no aflojar”, añadió Mas

La cumbre, debilitada 

La XXII Cumbre Iberoamericana que se celebrará el 16 y 17 de noviembre en Cádiz corre riesgo de verse debilitada por la ausencia de varios mandatarios de la región latinoamericana, en un encuentro que solía reflejar la “unidad” de la madre patria con sus excolonias y que hoy sólo muestra el debilitamiento del poder español sobre los países de la región. 

Ayer se confirmó que la presidenta Cristina Fernández no acudirá a la reunión presidida por el Rey Juan Carlos por “recomendación médica”, aunque las rispideces por la expropiación de Repsol sobrevuelen la decisión, en tanto desde Madrid presumen que el líder cubano Raúl Castro también se ausentará. Hugo Chávez, que protagonizó en la pasada cumbre el famoso “por qué no te callas” espetado por el monarca, aún no confirmó su presencia, y podría ser una nueva baja. 

Síntomas de un antiguo imperio, otrora potencia, hoy en decadencia.