Continúan los disturbios en Irlanda del Norte: hay más de 70 policías heridos

Los violentos enfrentamientos entre grupos republicanos independentistas y unionistas pro-británicos no cesan y la policía asegura que se trata del "peor estallido de violencia en años".

El caos ha inundado las calles de varios pueblos y ciudades de Irlanda del Norte en los últimos 10 días a raíz de violentos enfrentamientos entre grupos republicanos católicos y unionistas protestantes con la policía en Irlanda del Norte, donde las consecuencias del Brexit están sacudiendo una frágil paz lograda en el año 1998. Ya se han reportado más de 70 agentes heridos en lo que, según la Policía, es el peor estallido de violencia en años, informa la BBC.

Los disturbios comenzaron el pasado 29 de marzo en una parte de la ciudad de Londonderry (Derry), controlada por unionistas (partidarios de mantenerse en el Reino Unido) e involucran incluso a niños de tan solo 12 años de edad. Desde entonces el caos se reprodujo en varios puntos del país, incluida la capital, Belfast.

Durante las protestas, los jóvenes quemaron automóviles y llantas, lanzando además piedras y fuegos artificiales contra las fuerzas de seguridad. Este miércoles la violencia se intensificó hasta desembocar en enfrentamientos sectarios cerca de un llamado 'muro de la paz' (oeste de Belfast). La construcción divide a las comunidades predominantemente unionistas y otra parte de la ciudad, poblada por republicanos, quienes están a favor de salir del Reino Unido y formar parte de una Irlanda unificada.

El Gobierno británico, cuyo ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, viajó inmediatamente a la región, reiteró múltiples veces su llamado a la calma pero los disturbios continúan, especialmente en Belfast, que hace varias noches es escenario de llamas y violencia.

En un distrito del oeste, la policía antimotines fue blanco de cócteles molotov y adoquines cuando intentaba impedir que cientos de manifestantes republicanos se acercaran a los unionistas. La fuerza debió recurrir a un cañón de agua para dispersarlos, según informó la agencia de noticias AFP.

"La violencia no tiene nada que ver con la resolución de los problemas", insistió hoy en Sky News el ministro de Transportes, Grant Shapps, calificando la situación de "muy preocupante".

El viernes, los primeros ministros británico, Boris Johnson, e irlandés, Micheál Martin, se unieron a los líderes norirlandeses, tanto unionistas como republicanos, para condenar esta violencia "injustificable".

Desde el acuerdo del Viernes Santo de 1998 rigió una frágil paz, pero el Brexit, al exigir la introducción de controles aduaneros entre el Reino Unido y la UE socavó este equilibrio entre las comunidades de la provincia.

Para evitar el regreso de una frontera física entre Irlanda del Norte y la vecina República de Irlanda -país miembro de la UE- Londres y Bruselas acordaron unas disposiciones especiales conocidas como el "protocolo norirlandés".

Por este motivo, el país británico permaneció bajo las normas del mercado único europeo y los controles aduaneros se trasladaron al mar de Irlanda, entre la isla y el resto del Reino Unido.

Pese a ser un trámite básicamente administrativo reservado únicamente a las mercancías y no a las personas, esto despertó en los unionistas, apegados a su pertenencia a la corona británica, un sentimiento de separación del resto del país y de traición por Londres.